En un año de tránsito, McLaren, que la temporada que viene estrenará alianza con Honda para disputar el campeonato 2015, se preveía que mostrara en cierta medida un perfil bajo acorde con la situación que está viviendo en su forzada convivencia con Mercedes-Benz, en la que será su última sesión con la alemana.
Lejos de cumplir los pronósticos, o de querer cumplirlos, más bien, la de Woking, seriamente mermada por el paso de Lewis Hamilton y Paddy Lowe a Mercedes AMG, ha cogido el toro por los cuernos y ha demostrado una vez más por qué es la segunda escudería más laureada del Mundial de Fórmula 1 tras Ferrari, renovándose al completo y ofreciendo en el MP4/29 de este año una magistral y contundente respuesta a todos aquellos que esperaban que durante 2014, la británica doblara una vez más la rodilla.
La salida de Checo Pérez y su sustitución por Kevin Magnussen solo ha sido la punta del iceberg. Ha vuelto Ron Dennis al primer plano del equipo y una de sus primeras decisiones pasaba por arrinconar a Martin Whitmarsh y contratar a Éric Boullier (ex Lotus), con la intención de que la escudería ganara en agresividad en pista.
La presencia del galo en el wall de la de Woking no es un asunto menor aunque lo parezca. Rápido y contundente en sus decisiones, amén de ágil y astuto, Boullier es uno de los individuos que pasa por tener las ideas más claras del paddock, razón por la cual se le arroga el mérito de haber llevado a su antiguo equipo a lo más alto durante 2013, cuando Kimi Raikkonen y Romain Grosjean militaban en la de Enstone.
Obviamente, tampoco el francés es la respuesta a lo que pudimos ver en Albert Park, porque tras años de ir un poco desacompasada y asumiendo en cierto modo su papel de segundona, McLaren vuelve a suponer en la actualidad un nucleo duro sobre el que pivotan las personalidades que la componen.
Jenson Button, de momento imprescindible al menos hasta que desembarque Honda —su concurso ha sido estimable en las negociaciones previas (su novia es japonesa y conoce de sobra el percal de la nipona porque fue piloto oficial de BAR-Honda) y sería descabellado pensar que resulta a día de hoy sustituible—, y Kevin Magnussen, forman una dupla consistente sobre la pista, capaz de extraer hasta sus últimas gotas las bondades de un MP4/29 diseñado por Tim Goss, que ha sorprendido por su rendimiento a propios y extraños.
Dennis sí es la respuesta adecuada. El viejo boss no quería perder esta oportunida en cierto modo única, y el aroma que destilaba su equipo en Melbourne olía a su sombra, hasta el punto de que el propio Éric Boullier ha tenido que salir al paso de las insinuaciones que mencionaban la participación de Ron Dennis en la estrategia de carrera.
Sea como fuere, el segundo y tercer puestos conseguidos por la escuadra británica en Albert Park, una vez Daniel Ricciardo era descalificado, nos proponen un escenario en el que Mercedes AMG es la pieza a cobrar. McLaren lleva la misma unidad de potencia que los vehículos de Brackley, Mercedes-Benz, pero el diseño del MP4/29 parece más dócil y resultón que los W05, y Dennis, no Bullier (atentos al dato), ya asegura que Button y Magnussen pueden ir medio segundo más rápidos en Malasia que en Australia.
En Diariomotor: Fórmula 1. Renault comienza su recuperación
