Poco a poco vamos conociendo nuevos detalles sobre el deportivo que nacerá fruto de la colaboración tecnológica entre BMW y Toyota. Son muchas las expectativas depositadas en este futuro espécimen que tendrá sobre sus hombros el peso de reinterpretar la filosofía defendida durante todos estos años por el BMW Z4 y el no menos duro cometido de dar relevo al incombustible Toyota Supra como ya apuntó el Toyota FT-1.
Será híbrido, con motor de combustión interna ubicado bajo el capó delantero y tracción integral, pero la gran novedad residirá en el uso de un sistema híbrido derivado directamente de la experiencia de Toyota en Le Mans. Un esquema híbrido gasolina que se servirá de un pack de supercondensadores para almacenar carga eléctrica capaz de hacer las veces de un sistema de asistencia eléctrica al más puro estilo Push-to-pass.
Un deportivo híbrido capaz de evocar las 24 Horas de Le Mans
Toyota dejó muy claro que la tecnología híbrida desarrollada en su participación en el mundo de las carreras de resistencia tendría aplicación directa en sus vehículos de calle de corte más prestacional. Un ejemplo claro lo tenemos en el prototipo Toyota Yaris Hybrid-R, donde la firma nipona apostó por el uso de un sistema de impulsión eléctrica independiente derivado de la tecnología aplicada en el Toyota TS030 Hybrid.
Que BMW y Toyota apuesten por el uso de supercondensadores en lugar de baterías nos arroja un importante dato a tener en cuenta. El futuro deportivo no buscará en la propulsión eléctrica una mera asistencia que hable de eficiencia, sino que gracias a las altas velocidades de carga y descarga que soportan los supercondesadores, el sistema híbrido ofrecerá un elevado aporte de potencia en periodos de tiempo reducidos, pero que podrá ser restaurado en pocos segundos con cada nueva frenada tal y como lucen los protototipos LMP1.
El grupo motopropulsor estará basado en la nueva familia de mecánicas de BMW, concretamente en un bloque 2.0 Turbo gasolina. Mientras que BMW se encargará de la fabricación del propulsor gasolina, los motores eléctricos y la caja de cambios secuencial, Toyota será la encargada de disponer del conjunto de supercondensadores junto a toda la electrónica de control que incluirá sistemas de reparto de par inteligente sobre el tren de tracción integral.
No será antes de 2017 cuando veamos materializarse esta colaboración entre BMW y Toyota. Por lo que conocemos hasta la fecha, todo apunta a que el aporte de Toyota estará claramente influenciado por todo lo conseguido en su más reciente etapa en competición y, más concretamente, en la tecnología que dio a luz al Toyota Yaris Hybrid-R de 420 CV. BMW echará mano de su experiencia en el uso de materiales ligeros como la fibra de carbono para concebir un deportivo de muy reducido peso que además hará uso de una plataforma confeccionada con aluminio y aceros de ultra-alta resistencia.
Fuente: Autocar.co.uk
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