La inestabilidad política nunca fue un aliado de los fabricantes de automóviles, especialmente si atañe a un país como Rusia, en el que estarían en juego los intereses de muchas marcas internacionales.
Aquellas previsiones tan halagüeñas que apuntaban a que en 2020 se convertiría en uno de los mercados de mayor volumen de todo el mundo, superado tan solo por China, Estados Unidos, India y Brasil, no parece que vayan a cumplirse. Las ventas caen y la inestabilidad del rublo preocupa a los principales exportadores en Rusia, por la crisis vivida en Ucrania y la anexión de Crimea. Y por si no fuera poco, la amenaza de las sanciones de la Unión Europea y Estados Unidos es muy real, tanto que aquellas marcas que han invertido por hacerse con un pedazo del que parecía un próspero mercado automovilístico, ya han hecho visible su preocupación.
Las sanciones, en el caso de que las hubiera, probablemente no serán tan duras como las impuestas contra países como Irán. Pero no creo que tranquilice demasiado a un grupo automovilístico como Volkswagen, que ha invertido en la última década más de 1.000 millones de euros para fortalecer su producción en Rusia.
En cualquier caso, Volkswagen asegura que sus inversiones en Rusia no van a detenerse. En el fondo, aunque las ventas no dejen de caer, el rublo pierda fuerza y se impongan sanciones, los fabricantes con plantas locales serán los que menos sufran la crisis del mercado ruso. Todo dependerá del trabajo que se haya realizado en los últimos años para asegurarse provisiones de suministros de empresas auxiliares locales. Opel ha sido una de las marcas que se ha mostrado más preocupada por la situación actual.
Entre todas las marcas con intereses en Rusia, probablemente la que esté en una posición más favorable sea Renault-Nissan, que ostenta una participación mayoritaria de AvtoVAZ (Lada), la marca más importante en Rusia. Junto con AvtoVAZ, Renault-Nissan puede presumir de copar una de cada tres matriculaciones en Rusia, amén de disponer de una red de producción y suministros locales realmente fuerte, con la que mantener sus intereses en el país de los Urales si la situación empeora dramáticamente.
Si las sanciones prosperan y la tensión aumenta, la situación no mejorará para ninguna de las partes implicadas en la industria del automóvil. El mercado ruso también sufriría las consecuencias, dado que este es muy dependiente de las importaciones.
Fuente: Automotive News
En Diariomotor: La industria del automóvil europea se la juega en Rusia. En 2020 será el quinto mercado más importante del mundo
