Transcurridos los cuatro primeros Grandes Premios de la temporada 2014 y concluida la denominada «primera gira asiática» del calendario, lo único que tenemos claro los aficionados y la prensa especializada es el apabullante dominio de los vehículos de la escudería Mercedes AMG y el magnífico estado de forma mostrado por las unidades de potencia Mercedes-Benz frente a sus rivales Ferrari y Renault.
En este sentido, si el desembarco del Circo en Europa durante el próximo Gran Premio de España suele suponer una buena oportunidad para hacer una estimación del futuro inmediato en base a lo sucedido en las carreras previas, este año el asunto se ha complicado bastante porque los primeros pasos del nuevo reglamento estrenado hace unos meses hace imposible cualquier valoración.
Así las cosas, la diferencia más patente con respecto a otras sesiones estriba en que la mayoría de equipos siguen trabajando todavía en el afinado completo de sus respectivos vehículos. A decir de los expertos, las unidades de potencia aún no han dado de sí toda su capacidad en carrera y los frenos brake in wire, indispensables para el correcto funcionamiento de los sistemas de recuperación de energía cinética (MGU-K), siguen originando auténticos quebraderos de cabeza a ingenieros y pilotos…
Podríamos seguir desgranando problemas y señalando diferentes elementos mecánicos que todavía quedan sin ser explotados al 100%, pero resulta más sencillo decir que la complejidad de la nueva normativa es tal y el reto tecnológico para las escuderías de tan enorme calibre, que la pretemporada se ha alargado más allá de los entrenamientos de Jerez y Sakhir para extenderse a lo largo de las cuatro pruebas que ya se han disputado.
Y es que a pesar de la fiabilidad mecánica conseguida aún queda mucho terreno por explorar y el circuito de Montmeló, tradicional campo de experimentación de la aerodinámica de los monoplazas, se ha convertido este año en una cita que los equipos van a exprimir hasta sus últimas consecuencias.
Ya hay previstas numerosas evoluciones. Las más importantes atienden al estreno del RB10 versión «B» de Red Bull y el más que posible cambio de configuración de la nose del F14-T de Ferrari, pero sin duda todos los participantes en el campeonato van a incorporar en sus respectivos coches numerosas evoluciones de cara a participar en el Gran Premio de España.
¿Será suficiente para contrarrestar el enorme poderío mostrado por los vehículos de Brackley? Lamentablemente, este año sería suicida aventurarse a dar una opinión.
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