Lexus lo tiene muy claro, no fabricará en suelo chino por dos grandes motivos: mantener los estándares de calidad que atesoran cada uno de sus modelos y segundo, y no menos importante, no verse obligada a asociarse con un fabricante chino que favorezca a éste último en lo que a cesión tecnológica y Know-how se refiere. Se trata de un movimiento que llama la atención por ir en contra de la tendencia que están describiendo el resto de fabricantes que han desembarcado en China, pero que es digno de analizar para entender qué persigue Lexus nadando contracorriente.
La fabricación en China y las dos caras de la moneda
Dice alguna de las definiciones que existen del concepto calidad que ésta se trata de la adecuación al uso, ni más, ni menos. Una definición que en la industria del automóvil pocas veces se aplica bajo este sentido ya que la subjetividad es la reina de los entendimientos. Dicho de otro modo, la calidad en un automóvil la entendemos como el superlativo de sus mejores cualidades.
Bajo esta idea los fabricantes automovilísticos de mejor cuna ponen en el mercado automóviles cuyo sentido de la calidad pasa por infinidad de matices. Lexus posee su propia visión de la calidad, y es que más allá de un perfecto estado del tapizado o de los ajustes, la filial de lujo de Toyota persigue en cada modelo un sentido más amplio de calidad que la ha llevado a desarrollar su propio proceso productivo y controles de calidad para así mantener sus exigencias sin temor de que exista merma en ningún apartado.
China es el gran pastel donde todos los fabricantes quieren hacerse con el mayor trozo posible a base de ser el primero en llegar y alzarse como el referente del mercado. Lexus no quiere perder esta batalla, claro está, pero ante la guerra de precios que se avecina donde la fabricación local supone asegurar un porcentaje más alto de rentabilidad, Lexus ha decidido arriesgar apostando por mantener la calidad de sus productos a sabiendas de que este movimiento le restara ventaja en el plano comercial.
Ojo, que ahora Lexus reniegue de la fabricación en suelo chino no significa que en cuestión de años la firma no soporte un cambio de postura. Las imposiciones del Gobierno chino en tanto a la fabricación local son todo un despropósito obligando a los fabricantes extranjeros a ceder sus conocimientos y tecnologías a los fabricantes chinos, consiguiendo estos últimos una evolución tecnológica en tiempo récord que todo apunta a que podría volverse en contra de los fabricantes occidentales si la industria china toma la decisión de empezar a competir de verdad.
Huelga decir que el caso de Lexus en tanto a su forma de hacer las cosas es quizás uno de los más extremos por su alto celo en todo el proceso de producción. Según Tokuo Fukuichi, jefe de Lexus International, China es el segundo mercado de Lexus después de EE.UU., por lo que para mantener su principal identidad como fabricante, la calidad, Lexus seguirá apostando por la importación asegurándose así el poder mantener los más altos estándares.
Fuente: Reuters
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