Nueve once no hay más que uno y por más que nos empeñemos en ver al Porsche Cayman y al Boxster, especialmente en sus versiones más picantes, como sustitutos del legendario deportivo, Porsche siempre ha sabido definir magistralmente el posicionamiento de cada uno de ellos y sus correspondientes versiones. Con la llegada de los recién presentados GTS, la cosa se complica. En cuanto a potencia y prestaciones, los Cayman GTS y Boxster GTS están casi a la par con la línea de acceso del 911 Carrera, mientras que la diferencia económica es sustancial, especialmente en el caso de los descapotables.
Honestamente, creo que muy pocos clientes dudarán entre un Porsche 911 y un Cayman o un Boxster, existe un mundo entre ellos. Además, el cliente que busca el enfoque de un Carrera, difícilmente estará pensando en la apuesta de los pequeños GTS biplaza. Ya sea porque siempre soñó tener un 911 o porque las plazas traseras de este le permiten justificar en casa que podrán llevar al pequeño a bordo.
Y ahora especulemos un poco. ¿Y si Porsche estuviera pensando en una versión muy estia de Cayman o Boxster? ¿Y si el 911 GT3 tuviese una alternativa económica? ¿Y si esta viniera condimentada con un sistema híbrido muy avanzado o turbo?
La revista MotorTrend avanzaba que en Porsche hay planes muy ambiciosos para los próximos años. Habrá una revolución mecánica ya confirmada, que va más allá del socorrido cuatro cilindros que han escogido para el Macan. Porsche ya ha iniciado su particular cruzada contra las emisiones, cumplir a raja tabla con el compromiso medioambiental al que se enfrentará Europa, y en general el mundo civilizado, en los próximos años. Sabemos que la hibridación se irá extendiendo poco a poco por toda, o casi toda, su gama de modelos. El Porsche 918 Spyder es un buen ejemplo de ello.
Pero aún hay más. El regreso de Porsche a Le Mans y al campeonato de resistencia con un LMP1 con motor V4, tiene que tener consecuencias en producto. Desde hace tiempo se viene rumoreando, y confiamos en que esos rumores se cumplan, que Porsche está desarrollando un cuatro cilindros a su manera, es decir, con cilindros enfrentados dos a dos y no en línea y de prestado de sus hermanos de Audi.
Ponte a soñar. Imagina un pequeño deportivo como el Boxster o el Cayman con este motor, condimentado con un turbo o un avanzado sistema híbrido heredado de sus mayores. La cosa promete, ¿no crees?
Salvo que alguien de la propia marca me lo chivase, no me atrevería a asegurar que vaya a suceder algo así, pero sabemos que en Porsche sucederán grandes cambios, que van más allá del lanzamiento de un SUV que nos resultó muy divertido de conducir. En MotorTrend ya se atreven incluso a ponerle nombre, hablan de un Porsche Cayman GT4, también de un Porsche RS Spyder, con todo lo que implican dos nombres con arraigo en competición.
Incluso hablan de precios, en algún lugar entre un Porsche 911 Carrera 4S y un Porsche 911 Turbo, por debajo de un Porsche 911 GT3. Entramos en un terreno pantanoso, el de las prestaciones, el de la efectividad y las sensaciones en circuito. Su precio no haría que fuera “el GT3 de los pobres”, esa coletilla tan injusta que a veces nos encanta poner a muchos deportivos, pero sí una alternativa muy lógica al mejor Porsche para disfrutar en circuito.
Pienso que el Porsche 911 no tiene por qué temer esta competencia fraternal y los amantes de los buenos deportivos y los que, por políticamente incorrecto que suene desde estas líneas, nos confesamos porschistas, tendremos una razón más para seguir soñando con tener un Porsche en el garaje, ¿no crees?
Fuente: MotorTrend vía Jalopnik
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