Hacía mucho tiempo que Peugeot no cambiaba un coche casi al completo y mantenía su nombre. En un coche del tamaño para las familias nos podemos remontar al 309 de hace unas décadas, que fue sustituido por el popular 306, posteriormente por el 307 y más adelante por el 308. Este último ha cambiado de la A a la Z pero ha mantenido el nombre. ¿En qué es mejor este nuevo Peugeot 308?
En primer lugar la “pinta” del coche es muy nueva, muy moderna. Muy en la línea del actual Citroën C4 en cuanto a cambio relativo: el C4 de hace casi una década y el actual no tienen nada que ver. Algo así ocurre con el 308, el diseño de la última generación poco o nada tiene que ver con la anterior. Por dentro mucho menos y si algo puede tomarse como común a ambas son los motores que las mueven. Aquí los cambios son más habituales pero menos atrevidos.
Diseño, de un compacto alto a un compacto equilibrado
Lo decía, nada que ver este 308 con el anterior. El 308 de hace unos años era corpulento, con una altura muy generosa y que llevaba al extremo el estilo de diseño previo de Peugeot; faros que casi alcanzaban a los pasajeros, paragolpes propios de un todoterreno de esos de verdad, etc. Ahora la guía de diseño es más sutil y pretende llevar un aire moderno pero sin excesos, iniciada ya hace unos años con el 508.
Este 308 es más rectangular en su concepción sin olvidar que las esquinas suavizadas son de esta época, los vértices pronunciados se quedaron en los noventa y en algunos superdeportivos de muchos caballos. Ha crecido en tamaño (4,25 m de largo, 1,8 de ancho y 1,46 m de altura) para no ser menos que la competencia pero sin llegar a compactos que casi no son compactos (a mi mente viene el Lancia Delta o el Opel Astra), aunque Peugeot no ha olvidado que hay que ganar tamaño y resistencia sin tener sobrepeso: este 308 se mantiene en unos saludables 1.150 kg de peso en vacío.
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Se podría decir incluso que este 308 vuelve a recordar a los compactos de antes, con cosas nuevas pero sin parecer de otra galaxia.
Habla por sí solo el frontal, los faros delanteros de tamaño adecuado acompañados por posición de tipo LED, las ópticas traseras en forma de “C” invertida…por no olvidar que ni los retrovisores, ni las manetas ni cosas tan sencillas como las aletas son de otro mundo.
Huelga decir que estamos ante una versión sencilla, la Active, junto a un motor de acceso (gasolina 1.2 VTi de 82 CV) por lo tanto en ningún caso deberíamos esperar un corte deportivo por ninguna parte ni tampoco unas llantas kilométricas como últimamente es habitual.
Este 308 calza unos neumáticos corrientes (205 / 55) en llantas de 16”, lo justo y necesario.
Por dentro, ancho y cómodo; De moderno a extremadamente moderno
Vamos para dentro del coche. Vaya, un acceso rápido al asiento del conductor y no sólo gracias al generoso ángulo de apertura de las puertas, sino también a que el volante es pequeño. Ya me sonaba de algo: el volante del Peugeot 208 GTI. Es el mismo que el de un coche pensado para hacer curvas rápidas, con potencia, para correr…en un compacto precisamente no pensado para eso. Ya lo comentaré más adelante pero el volante pequeño tiene sus inconvenientes, también sus ventajas pero para empezar es extravagante.
Siguiendo con la revisión del interior sorprende la gran calidad que tiene para ser un acabado intermedio de gama. Salvo un par de plásticos y las manetas de las puertas los acabados son buenos, el salpicadero es blando, los botones – los pocos que tiene – son buenos, la piel del volante tiene un tacto de un muy gran nivel, etc. En este aspecto el 308 aprueba con nota.
Tanto equilibrio y tanto buen acabado se torna en cambios más o menos radicales en puntos como en los indicadores que hay detrás del volante. Os pongo en situación, de izquierd a derecha: el velocímetro, una pantalla digital con unos pocos datos – velocidad, kilometraje, etc – y un tacómetro cuyo indicador asciende en el sentido contrario al de las agujas de un reloj a medida que aumentan las revoluciones. ¿Malo? En absoluto, raro sí. Es llevar la contraria al resto del mundo.
Otro detalle del interior: la palanca de cambios. Es grande, bastante grande para los tiempos que corren. No voy a negar que es cómoda de usar pero llama la atención, para bien o para mal según el gusto de cada uno.
Asientos sencillos, maletero grande…y detalles comprometedores
Si en algunos compactos modernos hay una tendencia a hacer unos asientos que prácticamente te podrían dar un abrazo en el Peugeot 308 han optado por la sencillez – al menos en este acabado Active – puesto que no hay elemento más sencillo en el interior del coche que los asientos. Su tapizado correcto en tela no esconde que en una zona de curvas te vas a tener que agarrar bien.
¿Detalles del interior para los que no solo miran sino que tocan y usan? En el 308 se echan en falta sitios donde dejar la cartera, el móvil, etc. Están los huecos de las puertas, la guantera del copiloto, la guantera central oculta en el reposabrazos, un pequeño espacio delante de la palanca y el sitio exacto para una lata de refrescos. Parecen muchos si los listas pero en el día a día se quedan incluso escasos. Con respecto al reposabrazos central delantero hay bastante que decir: no se eleva mucho para usarlo con comodidad y hay que tener cuidado cuando se vuelva a dejar en su sitio, su muelle es muy abrupto y te puedes hacer daño en las manos (verídico).
Las plazas traseras son sencillas, seguimos dentro de un 308 Active. No sobra el espacio para las piernas aunque son cómodas hasta el punto necesario, no están hechas para agarrarte en curvas de una montaña rusa pero bien valen un viaje de cuatro cifras de kilómetros. Se echa en falta un reposabrazos central trasero cuando no suban tres pasajeros, si miramos a las puertas el reposabrazos es mínimo. Mejor cruza tus brazos si quieres ir cómodo.
Cuando abres el maletero te encuentras con que, para empezar, te tienes que echar bastante para atrás cuando levantas el portón y éste sube generosamente (ojo en los parkings). Dentro tienes espacio para guardar casi de todo, estamos hablando de 420 litros de capacidad que se dice pronto. Tienes la opción de añadir una red para que no bailen los objetos que lleves y de abatir bastante, sin llegar a un suelo plano, los asientos traseros para ganar más hueco.
Para mañana revisaremos lo que se puede y lo que no se puede hacer con un pequeño motor de tres cilindros, 82 CV, alimentación a gasolina y sin turboalimentación. ¿Suficiente? ¿Escaso? ¿Me puede servir para el día a día?
En Diariomotor: Peugeot 308 | Peugeot 308, presentación y prueba en Francia