Si Barack Obama tiene su berlina presidencial a medida, ¿por qué iba a ser menos Vladimir Putin? Es lo que debieron pensar en el gobierno de Rusia cuando decidieron que había llegado el momento de diseñar un coche a medida para su presidente, y también para otros altos cargos del país. La decisión va más allá de engrandecer la megalomanía que supuestamente se le atribuye a Putin, que antaño ya se dejó fotografiar en pose ecuestre montando a caballo por las estepas rusas a pecho descubierto. En un momento en que la crisis de Ucrania monopoliza la política internacional, la decisión rusa puede entenderse en clave de defensa de la industria patria y contra la dependencia del resto de Europa.
Actualmente, los dirigentes rusos se dejaban ver en diferentes versiones acorazadas del Mercedes Clase S con blindajes B6 y B7, capaces de detener impactos de bala de ametralladora y fusiles de asalto de gran calibre. El Proyecto Cortege tendría como objetivo diseñar una berlina presidencial eminentemente rusa, creada en asociación con los fabricantes locales.
Hay poca información al respecto, pero Yahoo ya anticipaba que Rusia estaría dispuesta a invertir cientos de millones de euros en su desarrollo, recurriendo en ciertos aspectos a la tecnología de fabricantes europeos como Porsche. No podemos olvidar que la industria rusa, aunque boyante en cifras, sigue siendo muy dependiente de la ingeniería y la tecnología de marcas foráneas, con las que los fabricantes locales gozan de lazos muy estrechos.
De momento, se han hecho públicas algunas imágenes que nos muestran el aspecto que podría tener esa limusina presidencial que estrenarán, si no hay retrasos, en 2016. Se dice que Putin habría descartado varios diseños de aristas afiladas, muy al estilo soviético de antaño. Pero, en cualquier caso, la decisión final sobre el aspecto y el equipamiento de este coche, no se habría tomado.
¿Estará la nueva berlina de Putin a la altura de la limusina Cadillac de Barack Obama?
Fuente: Yahoo
En Diariomotor: La anexión de Crimea pone en riesgo los intereses en Rusia de los fabricantes extranjeros