Aunque lo que veas pueda parecerte un BMW Z3 Coupé mal tuneado, con detalles tan estrafalarios como dos puertas de tijera, al más puro estilo Lamborghini, en realidad estamos ante una de las aventuras más interesantes que hayan surgido del trabajo de BMW Forschung und Technik GmbH. Baste decir que, en el momento en el que se diseñó este BMW Z29, la marca alemana estaba inmersa en su participación en la Fórmula 1 bajo la escudería Williams, valoraba la posibilidad de lanzar un superdeportivo y, como experimento, decidieron poner todo su conocimiento en el Gran Circo al servicio del deportivo de calle más exótico y apasionante que buenamente pudieran crear.
Así nacía el BMW Z29, un prototipo que jamás llegaría a los concesionarios, pero que indudablemente sentaría las bases de algunos conceptos que hoy en día siguen aplicándose en los modelos más innovadores y exóticos de la marca, incluido el BMW i8.
Por aquel entonces, BMW ya sabía lo que era equipar a un coupé biplaza con el motor de un M3. De ahí que no dudasen ni por un momento en dotar a este BMW Z29 del motor del E46, un seis cilindros en línea, en posición central y acoplado a un cambio secuencial de seis velocidades, con la transmisión apuntando directamente al eje trasero.
En un deportivo como este, la potencia es importante, tened en cuenta que este motor desarrollaba 343 CV. Pero el dato más espectacular resulta del trabajo de aligeramiento que se realizó para ensamblarlo, con el que consiguieron una cifra apabullante, solo 1.160 kilogramos sobre la báscula, mucho más ligero que un M3 y un Z3 M Coupé de la época.
La relación entre peso y potencia se quedaba en solo 3,4 kilogramos/CV y la distribución de pesos entre ejes, equitativa, al 50%. Sus registros, como ya podías imaginarte, también eran bastante buenos. El 0 a 100 km/h lo realizaba en 4,4 segundos y su velocidad punta se situó en 270 km/h.
Su construcción ligera llegaría de la mano de un monocasco de fibra de carbono y otros refuerzos y módulos de aluminio en elementos clave, como las suspensiones, o el módulo delantero sobre el que se anclaba el motor. El aligeramiento fue trabajado cuidadosamente en todos y cada uno de los aspectos susceptibles de ahorrar peso. Por ejemplo, BMW aprovechó la estructura de los conductos de los aireadores del equipo de climatización para que ejercieran función estructural sosteniendo el salpicadero.
Del BMW Z29 al BMW i8
Hoy en día, el BMW i8 se ha convertido en la punta de la lanza de la innovación de esta marca alemana. Bien es cierto que no estamos ante un deportivo con motor de seis cilindros, que goza de más de dos plazas y que su peso es muy superior, entre otras cosas por el lastre que suponen las baterías y sobre todo el equipamiento y las estructuras de seguridad que exigen los estándares actuales.
Hace trece años, lanzar un deportivo como el BMW Z29, con su tecnología, hubiera sido inviable. Hoy en día, ya hemos visto como fabricar un BMW i8, un deportivo con puertas de tijera, uso extensivo de fibra de carbono y soluciones tan innovadoras como su mecánica híbrida, no es nada sencillo, pero al menos lo suficiente como para que BMW haya dado luz verde a su próxima comercialización.
Fuente: BMW
En Diariomotor: BMW i8: “El coche más innovador que jamás hayamos creado”