Un año más nos hemos acercado al Congreso Faconauto, en este caso en su XXIII edición, para conocer de primera mano cómo respira el mercado a pie de tienda. Los concesionarios españoles han pagado una enorme factura a consecuencia de la crisis, dejándose por el camino alrededor de 1/3 de las empresas, que se dice pronto. ¿Cómo ven ahora las cosas y qué tal pinta el futuro?
La situación del mercado, según Faconauto: luces y sombras
Bajo el lema “Los concesionarios, impulsores de la recuperación”, el congreso comenzó con la tradicional presentación de Jaume Roura, su Presidente, en la que aprovechó para ofrecer algunas cifras sobre el impacto de la crisis en el sector de concesionarios (sólo han sobrevivido 2/3 de los concesionarios) pero también para sacar pecho con la creación de empleo neto ya en 2013 (algo más de 900 puestos de trabajo).
Faconauto parece dar por cerrada la etapa de caída, lo cual es francamente positivo, pero reclama al gobierno una mayor atención a su sector, que representa nada menos que el 2,39% del PIB nacional, una cifra enorme. Esa gran aportación económica no se corresponde con la atención y protección que, según ellos, les proporciona el gobierno.
El aparente agravio comparativo con los fabricantes, cuyo acceso y entendimiento con el poder ejecutivo parece evidente a pesar de crear menor empleo (directo) que los concesionarios, fue una crítica constante a lo largo del congreso.
Con respecto al plan PIVE, otro de los protagonistas, parece imprescindible para mantener la tendencia ascendente del mercado en 2014, que está creciendo en cifras superiores al 15% con respecto a 2013, pero siempre con la “respiración asistida” del gobierno.
Las previsiones de cierre para este ejercicio, expresadas en diferentes momentos del congreso y por diferentes protagonistas del sector, superan las 800.000 unidades vendidas.
Jaume Roura puso sobre la mesa la cifra de 840.000 coches como un valor alcanzable en este ejercicio, siempre que las ayudas del gobierno se prolonguen hasta diciembre, y un horizonte de 1,3 millones de unidades anuales que se supone nos corresponde por PIB y población, pero pensando en cuatro o cinco años vista y desde luego no como algo inmediato.
Aportaciones de otros ponentes y empresas
Comenzamos con Joan Rosell, Presidente de la CEOE, un año más encargado de comenzar el congreso con la primera ponencia. Ateniéndose a su visión habitual de la economía, su discurso se centró en alabar las reformas económicas del gobierno, especialmente en lo tocante a la flexibilización del mercado laboral, en la que pide una mayor profundización.
Con la idea de que hay que adaptar las cosas a la realidad, su postura fue clara en favor del ajuste salarial a la baja (como mal necesario), la simplificación legislativa y, en un tono autocrítico, reconoció que en España no habíamos sabido reaccionar ni bien ni a tiempo a la crisis.
Dicho esto y siempre según sus palabras, las reformas llevadas a cabo permitirán una mejor salida de la crisis a nuestro país que a aquellos que no las han realizado. La palabra “austeridad” podía leerse entre líneas en cada tramo de su discurso.
Tras Rosell, y como complemento a sus tesis en una versión más técnica y argumentos aún más afilados, llegó el turno de Turno para Fernando Fernández Méndez de Andes, experto economista, profesor, asesor y columnista de prestigio en diferentes medios, así como representante de excepción del neoliberalismo más convencido.
El resumen de su discurso es sencillo: la crisis ha tocado fondo y las acertadas medidas aplicadas por el gobierno nos permitirán salir de ella, eso sí, poco a poco. Comenzó exponiendo cifras positivas arrojadas por la economía española en los últimos meses, como signo inequívoco de recuperación y continuó abogando por una mayor unión bancaria, fiscal y política en Europa como algo que ya está sucediendo y que ha de consolidarse.
En un discurso algo técnico, lanzó diferentes propuestas para mejorar la situación económica, sobre todo en el tema fiscal, tales como subir el IVA (impuesto indirecto que pagamos todos por igual) y bajar el IRPF y el Impuesto de Sociedades (impuesto directo y proporcional a los ingresos de cada contribuyente). La derecha comenzó a quedarle algo a la izquierda en ciertos momentos.
La bajada salarial, conocida como “devaluación interna” es para él una pieza clave e irrenunciable de la solución a la crisis, mientras echaba en falta una mayor reducción del déficit público y ponía como ejemplo a seguir los mini-jobs alemanes y el trabajo por horas a salarios mínimos como mal menor frente al paro. Una mayor introducción de copagos y el fin del “gratis total” en sanidad y educación pusieron la guinda a sus propuestas de reforma.
Referente al automóvil, sus dos ideas clave fueron gravar la contaminación y, por tanto, el gasóil, y eliminar los impuestos a la compra (matriculación) para remplazarlos por impuestos por uso. Pronosticó que el futuro será un chip en cada automóvil que grave su uso por minuto y ubicación.
En la mesa redonda de grandes empresas en el entorno del sector, la palabra más escuchada fue “autogás” como fuente de energía limpia, eficiente y barata frente a los combustibles líquidos tradicionales.
Presente y futuro del sector
En el Workshop de perspectivas económicas para venta y postventa, las cosas no pintanron demasiado bien.
Por un lado sí se reconoce claramente que el mercado ha tocado fondo y se encuentra en recuperación, sin duda una excelente noticia que más o menos todos están percibiendo y sobra la que las cifras de 2014 hasta la fecha no parecen dejar lugar a dudas.
El problema viene al mirar hacia el futuro. Si llevamos cinco o seis años vendiendo muchos menos coches y los concesionarios suelen atender la postventa sólo en los primeros cinco o seis años de vida del vehículo, lo que nos encontramos es una caída previsible del servicio de postventa en el taller oficial y que está llegando con años de retraso derivada de la caída de ventas.
La solución obvia es intentar captar los coches más antiguos y hacerlos volver al concesionario de la marca, pero para eso es necesaria una política de precios (de recambios y revisiones) en la que la edad del vehículo se incluya como factor decreciente. Si mi coche es viejo, quiero el mejor precio por cualquier reparación y acabo en talleres multimarca y con piezas de competencia, es así de sencillo, pero eso es lo que hay que evitar con la ayuda de los fabricantes.
La mesa redonda de fabricantes, en la que siempre hay un punto de tensión con los concesionarios porque son algo así como “enemigos condenados a entenderse”, las cifras de rentabilidad que se manejaban variaron según la marca, pero básicamente hay fabricantes en pérdidas en su red que aspiran a “empatar” en 2014 y otros con pequeños beneficios que esperan mejorar.
Es llamativo que nadie pronostica una rentabilidad para su red mayor del 1,5% y en general se mueven en cifras inferiores al 1%, aunque positivas.
El modelo americano de unión y la motivación para el futuro
Ya en la segunda jornada, tuvo lugar un coloquio comparativo entre el modelo de distribución americano y el español. La idea clave fue resaltar la enorme unión que existe en USA entre concesionarios y el fuerte poder de negociación que allí tienen frente a la administración.
Albert Gallegos, Director de Relaciones Internacionales de la NADA (algo así como Faconauto en USA) se encargó de mostrar que la unión hace la fuerza con su propio ejemplo, una unión que probablemente no es tan férrea en nuestro país y que en consecuencia resta poder a nuestros concesionarios como grupo.
Una conferencia altamente motivadora de Luís Galindo, en la que se intentó “arengar a las tropas” para el futuro con ejemplos concretos y datos científicos acompañando importantes ideas de grandes pensadores, vino a cerrar el apartado de contenidos antes de la clausura en la que el Secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz nos dejó una afirmación importante: “Es muy probable la renovación del PIVE”.
Nos quedamos con esa frase y con la idea de que la recuperación será lenta y difícil, pero probablemente ya haya comenzado
En Diariomotor: Congreso Faconauto 2013: ¿de qué hablan los concesionarios cuando se juntan para espantar la crisis?