Primero está el recelo con que las marcas guardan a buen recaudo su tecnología, su defensa – a veces rozando la paranoia – ante el espionaje industrial, su temor de que otros constructores aprovechen sus desarrollos para competirles de tú a tú. Y luego está Tesla. El bueno de Elon Musk ha anunciado, en uno de los comunicados más lapidarios y contundentes que hayamos visto, que las patentes de Tesla Motors serán “liberadas” y que no demandará a nadie que utilice su tecnología – con buena fe – para desarrollar su propio coche eléctrico. Tesla no teme a nadie, ni siquiera a los peces gordos de la industria.
Hasta ayer, en las oficinas de Tesla de Palo Alto había un muro cubierto con todas las patentes que ha ido acumulando la marca de moda en California. Hoy no es más que papel mojado. En un acto de valentía, inconsciencia, aires de superioridad, o todo a la vez, Elon Musk abre las puertas a cualquiera que así lo desee a desarrollar un eléctrico basándose en los conocimientos atesorados por su marca en todos estos años.
¿Te imaginas a cualquier gran marca autorizando a sus competidores a “copiarles”? ¿Te imaginas a Volkswagen liberando todas sus patentes para que cualquiera fabrique un Golf? Yo no.
¿Por qué ha liberado Tesla sus patentes?
Ante lo cual no cabe otra cosa que preguntarnos, ¿por qué ha liberado Tesla sus patentes? ¿por qué no teme que pueda llegar un constructor con más recursos y fabricar un producto mejor y más competitivo que el suyo?
En palabras de Elon Musk, la inteligencia colectiva – también entre corporaciones – y el movimiento Open Source, pueden conseguir cambiar el mundo, en su caso revolucionar la industria del automóvil y dar pasos importantes en la implantación del coche eléctrico. Elon Musk ve a las patentes como un obstáculo que frena la innovación y cree firmemente en que el liderazgo tecnológico no depende de ello y rara vez se convierten en un impedimento para que un rival obstinado sea capaz de imitar tus avances.
Tesla cree que esta medida también ayudará a atraer y motivar a ingenieros con talento, así como fortalecer la posición de la marca. Cuanta más gente, y más constructores, utilicen su tecnología, esta será más valiosa. De eso no nos cabe la menor duda.
¿Puede cambiar la industria una marca friki y pequeña de Palo Alto?
Tesla quiere cambiar el mundo. Pero en un planeta con cerca de 2.000 millones de vehículos en funcionamiento y una producción en torno a los 100 millones de coches al año, que Tesla batiese su propio récord en 2013 con solo 22.477 ventas, hace que su posición sea ridícula e insignificante en una industria dominada por unos pocos.
Por si no fuera poco, en los departamentos de I+D de las grandes marcas los proyectos de coches eléctricos reciben una inversión mínima, en algunos casos inexistente. Rara es la marca que puede presumir de vender un volumen de eléctricos superior al 1% de sus ventas. De ahí que Tesla asegure que sus enemigos no son los eléctricos de otras marcas, sino las decenas de millones de coches con motor térmico que se producen cada año.
Pero habría que ser un tanto ilusos para creer que, de buenas a primeras, la apertura de las patentes de Tesla generará un cambio en la industria, un giro dramático de la historia hacia la implantación del coche eléctrico.
Elon Musk se presenta al mundo como el extremo opuesto del Jobs y del Gates
Para terminar os diremos algo más. Si somos meticulosos nos daremos cuenta de que Tesla sigue conservando sus patentes, aunque a partir de ahora estas podrán utilizarse con buena fe y no llevará a litigios a nadie que opte por utilizarlas. No quería irme sin aclararlo, aunque tampoco podré negar que – a todos los efectos – es en la práctica una liberación de patentes.
Por otro lado, el movimiento no hace otra cosa que engrandecer el ego de Elon Musk, mostrar al mundo su faceta de gurú tecnológico de nuestros tiempos, muy alejada de otros grandes nombres cuyos productos han pasado por nuestras manos, de los Bill Gates y Steve Jobs, siempre recelosos de que el rival conociera su tecnología, siempre envueltos en polémicas y guerras legales contra su competencia.
Elon Musk no podrá replicar el movimiento en sus otras empresas, como SpaceX
Y para terminar, y por muy interesante y revolucionaria que nos resulte la decisión de Elon Musk, recordar que – por desgracia – difícilmente estaremos ante el adalid del Open Source. Es cierto que Tesla Motors ha encontrado un escenario muy interesante para liberar su tecnología, pero estoy convencido de que si Elon Musk hubiera actuado de esta forma anteriormente, Paypal no sería lo que es hoy en día. Como también estoy convencido de que no harán lo propio con su compañía SpaceX. Tampoco podemos culpar a Musk. Tras él hay una horda de inversores que, con toda razón, verían esta decisión como un tiro en el pie.
¿Sería capaz Elon Musk de liberar las patentes de sus transbordadores para ayudar a la humanidad en la conquista espacial? ¿No temería que las grandes naciones del mundo aprovechasen ese conocimiento?
Yo tengo clara la respuesta, ¿y tú?
Fuente: Tesla Motors
En Diariomotor ya hemos probado el Tesla Model S, el coche del que todo el mundo está hablando en California y del que muy pronto todos hablarán en Europa. ¿Te has leído nuestra prueba?