La Fórmula 1 no atraviesa su mejor momento y no hace falta ser un gran entendido en la materia para darse cuenta de ello. La gota que ha colmado el vaso ha sido la pérdida de espectacularidad de los monoplazas por un aspecto tan aparentemente nimio como es el sonido de los motores. Tras un comunicado en el que Ferrari abogaba por establecer una comisión de equipos, promotores, sponsors y medios para encauzar el rumbo de la Fórmula 1, parece ser que la FIA estaría dispuesta a afrontar algunos cambios. El primero de ellos se probará en los libres del Gran Premio de Austria y tratará de recuperar esas chispas en los bajos de los coches de antaño.
Para lograr que los monoplazas descarguen esas evocadoras chispas al contacto con el asfalto, Ferrari y Mercedes probarán en los monoplazas de Kimi Raikkonen y Nico Rosberg unas placas de titanio en los bajos, que de recibir el visto bueno de la comisión FIA, en 2015 podrían ser obligatorias para todos los equipos.
No deja de ser un intento desesperado más por recuperar a los espectadores y por atraer patrocinadores, que en el fondo son los que financian este deporte.
Y no será más que un mero maquillaje, atrezzo, fuegos de artificio. Como bien apuntaba mi compañero Tellaetxe en su artículo Absurdos y uno más del blog Nürburgring, la Fórmula 1 que pretende recuperar esas evocadoras chispas no se parece en nada de aquella que no necesitaba improvisar soluciones para ser más espectacular. Aquella Fórmula 1 de monoplazas extremadamente bajos, de efecto suelo, de aprovechar hasta el último recurso técnico de la época para ser más rápidos en pista.
Más de lo mismo con el tema del tratamiento sonoro de los monoplazas. La nueva reglamentación ha dado como resultado coches con un sonido insipido, que desató las iras de muchos aficionados. Hasta tal punto llegó la consternación de algunos que pudieron peligrar contratos con patrocinadores y grandes premios, y una vez más se tuvo que dar luz verde a algunas medidas que solucionaran el problema.
Y ahora la pregunta que nos hacemos es la siguiente, ¿es más rápido el monoplaza que emite más decibelios? Nuestro colega Guille de Autoblog en español ya apuntaba en la línea correcta a la hora de hablar del ruido como forma de energía, en tanto el monoplaza perfecto sería aquel que aprovechase hasta el último resquicio energético, sin pérdidas en forma de calor y ruido.
Los equipos que contribuyan en la comisión, que pretende recuperar la espectacularidad perdida por la Fórmula 1, también plantearán otras soluciones, tal y como adelantaba Autosport ayer mismo. Se está hablando de abogar por discos de freno incandescentes, por emanaciones de vapor e incluso por tecnologías más avanzadas y sorprendentes en las paradas en boxes.
Y ahora bien, ¿se habrá sentado alguien a pensar por qué motivo está perdiendo adeptos la Fórmula 1? ¿se habrán preguntado por qué una carrera con una cobertura mediática ridícula en comparación, las 24 Horas de Le Mans, consiguieron atraer a más de 263.000 espectadores el pasado fin de semana y a decenas de millones de seguidores desde sus hogares?
Me temo que nadie en la Fórmula 1 es capaz de ver, o quiere ver, que quizás el problema sea otro, que los que amamos la competición no nos vamos a caer rendidos ante unas chispas o unos discos de freno incandescentes, que lo que queremos es tecnología puntera y pilotos capaces de dominar la máquina, duelos en pista, adelantamientos y mucha rivalidad. Pero si lo que quieren es atraer al público general, que al final es el que suma el grueso de las audiencias, tal vez tenga sentido tomar estas medidas, edulcorar una competición en pos del beneficio económico. En definitiva, fuegos de artificio.
Fuente: Autosport
En Diariomotor: ¿Por qué los nuevos motores de la Fórmula 1 son tan impresionantes?