La octava prueba del calendario oficial de Fórmula 1 se preveía como una cita donde valorar adecuadamente si Mercedes AMG seguía manteniendo intactas sus posibilidades para continuar dominando el Mundial tras la fragilidad mostrada en Canadá. En este sentido, el fin de semana comenzaba para la de Brackley insinuando que todos sus problemas habían sido resueltos pero durante la calificación, con Felipe Massa logrando la pole y Valtteri Bottas consiguiendo la segunda plaza en parrilla, las dudas volvieron a planear sobre las prestaciones reales del equipo anglogermano.
Contrariamente a lo sucedido durante el viernes y el sábado, la temperatura del asfalto del circuito Red Bull Ring superaba los 45º centígrados con lo cual, se habían venido abajo buena parte de las previsiones sobre el comportamiento de los neumáticos, frenos y unidades de potencia, lo que complicaba la vigencia de algunas estrategias y sumaba un aliciente más al interés que empapaba la carrera.
Así las cosas, la salida resultaba bastante limpia y los 21 integrantes de la parrilla enfocaban sin incidentes el abordaje a la primera curva del circuito —Romain Grosjean partía desde el pitlane ya que su escudería había sustituido la caja de cambios y algún elemento eléctrico de su E22—, habiendo dejado tras de sí uno de los momentos más vibrantes de la prueba: la tremenda arrancada de Lewis Hamilton, quien saliendo desde la posición nona se había colocado en la quinta pocos metros antes de Castrol Edge.
Nico Rosberg también había superado a Valtteri Bottas y Fernando Alonso a su vez, había hecho lo mismo con Daniel Ricciardo aunque el asturiano de Ferrari perdería definitivamente la posición unos metros después ante el empuje brutal del piloto británico de Mercedes AMG, quien no estaba por la labor de dejar que la cabeza de la carrera no contemplara su presencia.
De esta forma, los primeros giros se convirtieron en un mano a mano entre los pilotos de Grove y de Brackley, con Felipe Massa liderando la carrera, seguido a corta distancia por Nico Rosberg, Valtteri Bottas y Lewis Hamilton, mientras a sus espaldas se abría un generoso espacio que indicaba tempranamente que la victoria se la disputarían exclusivamente los pilotos mencionados. Sin embargo, en la vuelta 10 Mercedes AMG trata de cazar a Williams adelantando la parada para cambiar gomas de Nico Rosberg y lo hace con éxito, porque cuando Felipe Massa realiza la suya, inexplicablemente dos giros más tarde, el piloto alemán supera al brasileño mientras este carretea por el carril de acceso a pista.
Mercedes AMG lo intentará de nuevo con Lewis Hamilton, pero esta vez Williams responde adecuadamente a la maniobra de su rival y Valtteri Bottas asegura la segunda plaza virtual (Sergio Pérez aún no ha entrado a cambiar gomas). El británico de Brackley es ahora tercero relaitvo y Felipe Massa, el poleman del Gran Premio de Austria, ha pagado muy caro el error de estimaciones de su muro y tiene que conformarse con correr el resto de la carrera en la quinta posición, al menos hasta que el mexicano de Sahara Force India entre a sustituir neumáticos y pueda ser cuarto.
Independientemente de la lucha que se celebra en las primeras plazas mientras «Checo» Pérez alarga la vida de los compuestos de su VJM07, la prueba transcurría dentro de unos cauces de normalidad que incluso resultaban chocantes. Es cierto que Sebastian Vettel había sufrido algunos problemas en su RB10 que le llevaron primero a ser doblado en los primeros giros para tener que abandonar definitivamente en la vuelta 34, pero la verdad es que los temidos desastres de fiabilidad no comenzaron a afectar a la parrilla hasta bien superado el primer cuarto de la prueba, y siendo honestos, hay que decir que fueron poquísimos.
Así, Daniil Kvyat abandonaba en el giro 26; Sebastian Vettel en el 34, como hemos comentado hace unas líneas; y Jean-Éric Vergne aguantaría hasta el 59 hasta que los frenos de su Toro Rosso también decían basta. Pero volvamos con la carrera, o mejor dicho con los hombres que se disputaban la victoria.
Cuando definitivamente Sergio Pérez entra a cambiar compuestos dando por finalizada su intentona de hacer el Gran Premio de Austria a una sola parada, Nico Rosberg lidera la prueba, seguido por Valtteri Bottas, Lewis Hamilton y Felipe Massa algo descolgado. Todavía no se ha llegado al ecuador de la cita pero cada vez hay más constancia de que ninguno de los rivales de Mercedes AMG y Williams podrá luchar por el podio.
Y con la segunda entrada a boxes, la carrera se decanta a favor de los dominadores absolutos de la temporada. Los W05 de Brackley circulan con una solvencia que apabulla. Es entonces cuando Lewis Hamilton, liberado ya de la presencia de Valtteri Bottas, comienza un ataque a la posición de su compañero Nico Rosberg que durará bastantes vueltas, pero el hijo de Keke Rosberg no está por la labor de ceder ni un milímetro en su intento por consolidarse como el líder indiscutible del Mundial a la salida del Gran Premio de Austria.
Los últimos giros al trazado de Spielberg son al menos tan vibrantes como los iniciales. Lewis Hamilton seguirá apretando en la medida en que Nico Rosberg aguanta la presión. Valtteri Bottas asegura su tercera posición limitándose a cuidar su FW36 mientras que un autocomplaciente Felipe Massa, parece incluso demasiado cómodo en la cuarta plaza.
El resto son migajas, y Fernando Alonso lideraba a su vez el pelotón de los restos. A la espalda del F14-T del de Oviedo, un desencantado pero aún así corajudo «Checo» Pérez, que tenía que conformarse con la quinta posición después de haber arriesgado a una estrategia que sencillamente ayer domingo, no tenía cabida. Tras el mexicano, Kevin Magnussen y Daniel Ricciardo luchaban en la distancia por delante de Nico Hulkenberg y Kimi Raikkonen, con Jenson Button haciendo de comparsa.
El podio resultaba clarificador: Nico Rosberg exultante, Lewis Hamilton sonriendo para la galería y Valtteri Bottas literalmente feliz por lo cosechado. Todos ellos enmarcados por la indiscutible presencia de unos trofeos tremendamente pesados y feos que certificaban el retorno de Austria al calendario de Fórmula 1.
En líneas generales el Gran Premio de Austria cumplió con lo esperado. Mercedes AMG hoy por hoy carece de rival y en Spielberg pudimos ver de nuevo que cuando los chicos de Brackley se ponen, no hay quien les tosa.
Mal para Red Bull en la defensa de su casa y mal también para Williams porque el error cometido con Felipe Massa es de los denominados de libro. Mal desde luego para Ferrari, ya que otra vez, Fernando Alonso maquillaría una deriva que inevitablemente apunta a 2015 sin que haya trancurrido ni la mitad de la temporada 2014. Y para compensar, bien por McLaren, ya que aunque haya que aceptar que sigue sin estar a la altura, en el rapidísimo Red Bull Ring tuvo incluso destellos.
Fuente: Formula1.com / Statsf1.com
En Diariomotor: Fórmula 1. Las «baguettes» de Spielberg