No sentó bien a Red Bull la imagen de Sebastian Vettel abandonando en la prueba de casa el pasado domingo. Tras las cuantiosas inversiones y la cuidada puesta en escena del retorno del Gran Premio de Austria al calendario oficial de la Fórmula 1, el estreno del recién remozado trazado Red Bull Ring no podía resultar más doloroso para la escudería de Milton Keynes.
Ni siquiera el reciente triunfo de Daniel Ricciardo en el Gran Premio de Canadá pudo paliar el desencanto que atenazó al equipo austriaco desde el inicio mismo del fin de semana de carrera. El viernes, las cosas empezaron mal para los coches azules. El comportamiento de los RB10 estaba muy por debajo de lo esperado. Los casi 700 metros de altitud a los que se encuentra el circuito podían ser la clave que explicaría el insuficiente rendimiento de las unidades de potencia Renault. La temperatura baja del asfalto tampoco ayudó demasiado porque con escasez de potencia, resultaba complicado calentar los neumáticos.
El sábado, en calificación, las cosas empeoraron. Sebastian Vettel fue incapaz de pasar a Q3 y Daniel Ricciardo se tenía que contentar con alcanzar la quinta plaza a 7 décimas de Felipe Massa, el poleman. Y el domingo, los problemas hicieron presa de los Red Bull desde practicamente el inicio de la prueba, con el piloto australiano viéndose incapaz de aguantar a Fernando Alonso y Lewis Hamilton en la salida, y con el tetracampeón alemán perdiendo potencia y una vuelta completa en los primeros giros, para terminar abandonando en la vuelta 34 porque había que proteger como fuera la cuarta unidad de potencia que ya ha usado Sebastian Vettel en lo que llevamos de temporada, de las cinco que tiene disponibles para completar el Mundial sin sumar penalizaciones en parrilla.
Daniel Ricciardo terminaba la prueba en octava posición a 43 segundos de Nico Rosberg, pero la había disputado con continuas caídas de potencia que lastraron completamente sus posibilidades, de forma que las quejas de Red Bull no se hicieron esperar.
Así, Christian Horner, jefe deportivo de la escudería austriaca, acusaba directamente a la motorista Renault de ser la causante del desastre, tachando de inaceptable el rendimiento y fiabilidad mostrados en Spielberg por las unidades de potencia galas.
No obstante, dentro del marco de estrecha colaboración existente entre Red Bull y Renault, que parece seguir vigente al menos hasta finales de 2015, el británico resaltaba que si bien el escenario actual no es bueno para ninguna de las partes, aceptando que las mejoras deberían estar listas para la temporada que viene, resulta urgente que la motorista francesa comience a hacer progresos significativos y a la mayor brevedad posible, porque la situación a mitad casi de sesión es completamente frustrante para la dueña del Red Bull Ring.
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