Uno de los vehículos más desconocidos que han sido subastados por Bonhams en el Goodwood Festival of Speed del presente año ha sido el Aston Martin Atom. No, nada tiene que ver con el Ariel homónimo ni con la ingeniería nuclear. Y con todo, a pesar de ser un vehículo único y completamente desconocido, es uno de los Aston Martin más relevantes de la historia. La historia del Aston Martin comienza en 1940, cuando fue construido por un equipo de ingenieros, en un año de conflicto en el que sólo se matricularon 750 vehículos en todo el Reino Unido.
El hierro era tan necesario que hasta las barandillas y vallas de los parques fueron fundidas para ayudar en la construcción de máquinas de guerra. Aunque se considera al Buick Y-Job de 1938 como el primer concept de la historia, el Aston Martin Atom podría ser el segundo. A diferencia del americano, fue registrado para su uso en carretera, matriculado y sometido a todo tipo de pruebas durante muchos años. Es más, la única unidad producida tiene en su haber más de 250.000 millas, equivalentes a nada menos que 400.000 kilómetros.
Una de las características más destacables de este prototipo es un diseño muy típico de finales de los años 30, una época en la que se empezaba a jugar con la aerodinámica de forma incipiente. Su construcción interna era también de todo menos típica: en lugar de un chasis de largueros y travesaños tipo “body-on-frame”, el Atom tenía un chasis tubular, sobre el que se instalaron paneles de aluminio como carrocería. Fue uno de los primeros vehículos en tener suspensión independiente delantera, en un esquema patentado por Aston Martin.
Durante la época de guerra, debido a los racionamientos de combustible, el coche permaneció parado durante 3 meses, y tuvo suerte de no ser destruido en los bombardeos de la Luftwaffe, principalmente centrados en instalaciones industriales. Este peculiar coupé 2+2 de cuatro puertas – algunos lo han llamado el primer coupé de cuatro puertas – fue el vehículo personal del mismísimo Gordon Sutherland, que incluso transportó a sus hijos en los asientos traseros. También fue un vehículo que recibió motores experimentales.
Uno de ellos fue el DB1 de dos litros, que daría pie a una denominación de vehículos GT que se extiende hasta hoy en día. Tras muchas millas de pruebas constantes – casi 400.000 kilómetros, en cifras equivalentes – y varios dueños prestigiosos, entre los que se incluyen varios pilotos cuyos nombres permanecen en el anonimato, el Atom ha pasado a subasta en el Goodwood Festival of Speed, siendo vendido por una cifra que no he conseguido encontrar. En cualquier caso, un pedazo de historia muy importante para una de las marcas británicas más icónicas.
Fuente: Bonhams
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