Repasando la historia y las curiosidades del smart, no podíamos olvidarnos de uno de los modelos más exóticos que jamás hayan vestido el emblema de la marca, un prototipo que llegaría a comercializarse en series limitadas, el smart crossblade. Durante todos estos años, smart nos ha mostrado infinidad de prototipos, algunos especialmente llamativos y radicales. Pero, a veces, la realidad supera la ficción. A alguien se le ocurrió que lanzar un smart sin puertas, sin techo y sin parabrisas, un auténtico buggy urbano, era una gran idea. Así, ni cortos ni perezosos, dispusieron una tirada limitada de 2.000 unidades del crossblade, algunas de las cuales aún se pueden ver rodando por Europa.
Dicen que la acogida del prototipo presentado en Ginebra en 2001 fue tan buena, que smart no tuvo más remedio que satisfacer a sus clientes con un coche tan atípico como este. En realidad, smart se veía inmersa en una importante campaña de marketing y ya se había dado luz verde a versiones más deportivas y exóticas de su biplaza. Con un precio que duplicaba el de cualquier smart fortwo normal y corriente, era evidente que el crossblade no se vendería en grandes números, pero al menos provocaría un golpe de efecto en el mercado, logrando una repercusión mediática que les venía especialmente bien.
La extravagancia tenía incluso sentido. Si te sorprendía la lluvia, te tocaba correr a un lugar resguardado. La única protección lateral de que gozaba era una barra de acero a la altura del hombro que se abría hacia arriba, al más puro estilo Lamborghini. Con ese mínimo parabrisas, podemos imaginarnos que conducirlo en carretera sin casco sería poco menos que un infierno. Pero seguro que han existido pocos coches tan gratificantes de ser conducidos por el paseo marítimo de una ciudad de vacaciones.
En aquellos años, incluso hubo artistas y famosos que se dejaron ver conduciéndolo. Más allá de la peculiaridad de su carrocería, era un smart normal y corriente, en el que los tapizados y revestimientos interiores se diseñaron para resistir a la intemperie e incluso al agua, por si nos sorprendía la lluvia. Los sistemas eléctricos estaban bien aislados e incluso contaba con canalizaciones para desalojar el agua del habitáculo.
En cualquier caso, el crossblade también contaba con una cubierta de lona para proteger el interior del sol y la lluvia mientras permanecía aparcado a cielo abierto.
A nivel mecánico, seguía siendo un smart fortwo normal y corriente, con su motor de 599 cm3 turboalimentado y 70 CV de potencia, fruto del trabajo de Brabus.
Hoy en día, no es difícil encontrar un smart crossblade de ocasión y en buen estado en Europa, con pocos kilómetros. Pero debido a su condición de coche exclusivo y edición muy limitada, ya puedes imaginarte que los precios en los que se mueve en el mercado de ocasión son realmente altos y un presupuesto realista, hoy en día, debería estar en torno a los 15.000 euros.
Fuente: Daimler
En Diariomotor: El prototipo que formó el Smart Forfour sale a la luz