Como ya habrás podido imaginar, cuando Audi nos convocó para viajar a Dinamarca y Suecia a probar sus últimos prototipos, los que nos permitirían catar por primera vez los motores TDI de compresor eléctrico que llegarán a los concesionarios en los próximos años, estábamos entusiasmados. Nuestra prueba comenzaría con el Audi A6 TDI Concept, un prototipo que de puertas para fuera no se diferencia demasiado de cualquier otro Audi A6 con un paquete S-Line exterior, salvo por unos adhesivos con su nombre en los laterales y la certeza de que sus 326 CV de potencia nada tendrán que ver con los 204 y los 245 CV que entrega el 3.0 TDI V6 con un único turbo, en la gama A6 actual.
No es que buscásemos una gran deportividad en él, pero en cualquier caso el hecho de probarlo en un circuito y que a nivel de potencia y par máximo fuera comparable al Audi A6 TDI Biturbo que probamos el año pasado, nos hacía presagiar que nos lo pasaríamos bastante bien. No nos equivocábamos.
El incremento de potencia que se ha producido en este motor respecto a los TDI V6 que conocíamos hasta la fecha, no es nada desdeñable. Este prototipo se basa ya en la última evolución del 3.0 TDI V6, que con un turbo alcanza los 272 CV de potencia en el recientemente actualizado Audi A7. Pero las cifras del Audi A6 TDI Concept son realmente contundentes. El par máximo que desarrolla es de 650 Nm, entre las 1.500 y las 3.500 rpm. Su recuperación en sexta es de 60 a 120 km/h en 8,3 segundos.
El circuito de Sturup, a 30 kilómetros de Malmö, es corto y revirado, ideal para la prueba que nos proponen los instructores de Audi, seguir a un RS6 Avant que nos hará de liebre y experimentar sobre todo la capacidad de reacción, la respuesta, cuando hundimos el pie derecho en el acelerador, en cualquier momento, especialmente al salir de las curvas.
Antes de ponerme al volante de este prototipo, trato de recordar mis impresiones en la prueba del Audi A6 TDI Biturbo, comparable en potencia con nuestro sujeto de pruebas de hoy. Recuerdo aquel sonido gangoso que algún despistado podría confundir con un ocho cilindros de gasolina, porque hay que reconocer que se asemeja bastante, aquella patada y aquella progresividad sorprendente para un diésel, aunque no comparable con la ofrecida por un buen motor de gasolina.
También recuerdo lo que os dije cuando intentamos hallar las similitudes y las diferencias con una máquina tan seria como un Audi S6. Parafraseándome a mí mismo “el lag existente hasta que entra a trabajar el turbo se nos antoja una eternidad y si circulamos en marchas largas se acumula al retardo del kick down del cambio automático por convertidor de par, pero eso sí, una vez que entra a trabajar la patada es contundente e ininterrumpida“.
Desde que empiezo a recorrer mis primeros metros en pista con el Audi A6 TDI Concept ya me percato de las primeras diferencias. La patada no es tan bestia, no es tan progresivo en altas, pero la respuesta desde que toco el acelerador en parado es inmediata, incluso cuando fuerzo a su cambio S-Tronic a utilizar una marcha demasiado larga que ponga en apuros al motor y toco el acelerador con el suficiente tacto como para que el kickdown no intente, dos marchas más abajo, interrumpir nuestro análisis.
Para que este motor pudiera calificarse de deportivo, aún le pediría más contundencia, carácter. A nivel de potencia y prestaciones es más que suficiente para cualquiera que busque una berlina rápida, viajar por la Autobahn a cruceros muy altos confortablemente, y desviar la ruta por la Selva Negra para disfrutar encadenando curvas. Os aseguro que esa capacidad para recuperar desde tan abajo y de que el acelerador nos responda inmediatamente cuando se lo pedimos, incluso en regímenes muy bajos, prácticamente como si de un V8 se tratase, te invitará a disfrutar más del giro que de la recta que separa dos curvas.
Pero lo cierto es que este bloque, tal y como ha sido concebido, está más indicado para el confort, también para la seguridad. Un cambio S-Tronic es capaz de reducir varias marchas en un lapso de tiempo realmente corto cuando exigimos al motor darlo todo para buscar una recuperación momentánea, para practicar un adelantamiento o incorporarnos a una autopista. Un cambio Tiptronic no es tan rápido, y un conductor poco avezado con un cambio manual, aún menos. Y es esa sensación de empuje inmediato, que hasta ahora no habíamos sentido en ningún otro diésel, ni tan siquiera en híbridos-diésel, ni en el 4.2 V8 TDI de Audi, la que más nos ha sorprendido de este coche.
Pero aún queda lo mejor. Con dos turbos y un compresor eléctrico, el Audi RS5 TDI Concept promete sorprendernos y hacer que la idea de conducir un deportivo de altos vuelos con un motor de gasóleo sea un poquito menos descabellada.
Continuará…
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