Entiendo la desconfianza que genera el coche autónomo. Conducir un automóvil es una tarea que exige preparación y toda la atención del conductor. Y es normal que solo de pensar en una máquina suplantándonos en esta tarea, muchos comiencen a estremecerse. Según The Guardian, el FBI tampoco es ajeno a la revolución en ciernes y, de hecho, han trabajado en un informe no exento de sorpresas. La agencia federal estadounidense no solo ha estudiado los beneficios que ofrecerán los coches autónomos a los agentes de la ley, si no también todas las posibilidades que tendrán los malechores, o incluso células terroristas, para cometer sus fechorías. ¿Serán temores infundados o un peligro real?
Ayer mismo os hablábamos de seguridad informática en nuestros automóviles, cada vez más dependientes de la electrónica, antivirus para el coche, de por qué los fabricantes no deben escatimar esfuerzos en mejorar la protección de los sistemas a bordo. Si cualquiera de nuestros coches puede ser vulnerable a un ataque malicioso, ¿por qué no iba a serlo un coche autónomo? ¿a qué riesgos podrían enfrentarse los ocupantes en tal caso?
Entre las ventajas de los vehículos autónomos, el FBI menciona el valor que tendrán para mejorar la seguridad en las carreteras, para reducir el número de accidentes y por lo tanto de intervenciones sanitarias. Una computadora no se distraerá leyendo los mensajes absurdos que envían los amigos a su móvil y por lo tanto, buena parte de los accidentes que se producen hoy en día se evitarían. También entendemos que estos vehículos estarán preparados para cumplir con las normas de circulación, pero, ¿qué sucedería si cayeran en malas manos y fueran manipulados para quebrar la ley?
En ese mismo informe, el FBI advertía de situaciones que nos pueden parecer absurdas, como peligrosas persecuciones a gran velocidad entre patrullas de policía sin conductor y coches autónomos modificados. Y lo que es aún peor, el peligro de ataques terroristas dirigidos por estos coches, o incluso ataques a gran escala beneficiándose de su autonomía, puesto que estamos hablando de automóviles que podrán recorrer cientos de kilómetros en unas horas sin intervención del conductor, sin necesidad de parar a repostar.
Es cierto que las autoridades estadounidenses siempre han sido muy catastrofistas, aún más desde los atentados de 2001. Si de verdad nos ponemos a pensar en los usos maliciosos que podría hacerse de cualquier elemento cotidiano, de cualquier medio de transporte, la verdad es que preferiríamos quedarnos encerrados en casa con un gorro de papel de aluminio. Pero, ¿no es un tema suficientemente peliagudo como para que los desarrolladores cuiden hasta el último detalle de todo lo que concierne a la seguridad informática?
Llamadme simple, pero lo que veis más arriba es lo que me imagino yo cuando pienso en coches autónomos. Sí, vestir un jersey de cuello alto que debería ser muy futurista pero está pasado de moda, con unas gafas de pasta que no me protegen del sol, mientras veo un documental de La 2 de TVE tumbado en sentido contrario a la marcha, confiando en que la Biodramina haga efecto y mi coche sin conductor tome con suavidad las curvas.
Fuente: The Guardian
En Diariomotor: El coche autónomo, ¿cómo y cuándo se iniciará la comercialización de los primeros coches sin conductor?