La nueva generación del Ford Focus, mejor dicho restyling, pasa por nuestras manos. Uno de los compactos de referencia pasa por el quirófano para recibir nuevo diseño en su exterior, una completa gama de motores diésel y gasolina Euro 6, un nuevo interior y diversas actualizaciones y mejoras centradas en ofrecer un mayor grado de confort, agilidad y baja sonoridad en marcha. Ford sabe que en el Focus ha encontrado una fórmula sumamente interesante, y por ello ha apostado por mejorar todos esos puntos que lo convierten en una de las referencias indiscutibles del segmento.
Nuevos aires, nuevo Ford Focus
¿Se puede decir que este nuevo Ford Focus es mejor que el Focus pre-restyling? Sí, pues los esfuerzos de Ford por remarcar ese cambio son evidentes tanto en lo que se ve a primera vista, como en lo que sólo se percibe tras acumular unos cuantos viajes.
Lo primero que cabe destacar en el nuevo Ford Focus es la introducción de la nueva imagen de marca. Esa parrilla a lo Aston Martin le siente realmente bien al Focus, convirtiéndolo en un modelo más sobrio a la par que elegante y con cierto matiz deportivo. Nuevos faros rasgados y ligeras pinceladas en la carrocería completan un rediseño acertado.
Si nos acomodamos en su interior, lo primero que nos llama la atención es el rediseño del salpicadero para hacer de la nueva interfaz SYNC 2 la principal y casi que única protagonista. Hablamos de una interfaz con pantalla táctil a color de 8 pulgadas que integra todas las funciones del vehículo, desde ordenador de a boro a climatización, pasando por el sistema de navegación, multimedia, teléfono, etc.
El rediseño del salpicadero se ha llevado a cabo en tanto a sus integrantes, no en cuanto a sus formas generales. Digo esto porque acomodado como pasajero, asiento del copiloto, he notado como el carácter envolvente del diseño llegó a resultarme molesto por culpa del continuo roce de mi rodilla izquierda con el perfil que envuelve a toda la consola. Sinceramente, esta idea de dividir la parte anterior del habitáculo en dos zonas independientes me gusta, no así la solución empleada que termina por comprometer parte del espacio disponible, restando puntos en confort.
El grado de calidad de los materiales es bastante alto, tanto o más que rivales de referencia como el Volkswagen Golf o el Peugeot 308. El mullido y ajuste de las piezas no ofrece vibraciones o sonidos incómodos, todo ha sido confeccionado con un alto nivel de calidad, manteniendo un nivel similar a los mejores rivales generalistas de su segmento.
Tan ágil como confortable
En marcha el confort del nuevo Ford Focus se reconoce rápidamente por dos aspectos cruciales. En primer lugar encontramos una muy baja sonoridad alcanzada con importantes filtros sobre el ruido del motor, aerodinámica o rodadura. Sólo con observar el despliegue de gomas y acolchados que existen en los marcos de las puertas, uno se percata de que el Focus goza de un ambiente muy relajado en su interior. Para subrayar este confort, el tarado de las suspensiones sigue primando la suavidad y capacidad de absorción, en lugar de apostar por mayor firmeza. En las variantes Sport encontramos mayor firmeza en suspensiones, aunque no sabría decir de forma exacta si este hecho comprometerá el grado de confort que brinda el tarado de las variantes Titanium – acabado más alto -.
Desde Ford nos insistieron en que el renovado Ford Focus había centrado su rediseño en ser más ágil y más confortable. Aparentemente, estas dos ideas son contrarias, pero desde Ford nos explican como han conseguido alcanzar mejores cotas en ambos aspectos. Por un lado, Ford ha introducido una nueva dirección asistida eléctrica (EPAS), dirección que ahora ofrece mayor precisión y mejor tarado en cuanto a asistencia, pero que sigue sufriendo de un excesivo filtro que nos impide conocer qué sucede en el tren delantero.
Para incrementar la agilidad en el nuevo Ford Focus se han introducido refuerzos en silent-blocks, soportes de motor más gruesos y rígidos, nuevas suspensiones y un nuevo control de estabilidad ESP, cuya característica principal es la introducción de un nuevo perfil de funcionamiento denominado “Estabilidad de Transición Mejorada”, capaz de corregir antes y mejor cualquier mínima pérdida de agarre que se traduzca en sobreviraje.
Conduciendo a ritmo elevado, y forzando levemente el sobreviraje, el nuevo Ford Focus se muestra ágil, sin significar ésto que sea un coche poco pesado o sencillo de gobernar bajo cualquier circunstancia. El Focus es un compacto de reacciones nobles, donde los balanceos de la carrocería son mínimos y las órdenes al volante las acomete sin reparos. El control de estabilidad corrige sin transmitir sacudidas, aunque sin habernos ofrecido la oportunidad de conducir sin dicho ESP mejorado, no sabría decir con exactitud si efectivamente el nuevo ESP corrige empleando mejores directrices.
Motores 1.5 EcoBoost 182 CV y 2.0 TDCI 150 CV a examen
La presentación del nuevo Ford Focus realizada en Málaga nos permitió conocer a dos de las nuevas mecánicas de Ford. El primer motor que cayó en nuestras manos fue el nuevo 1.5 EcoBoost de 182 CV asociado a un cambio manual de seis relaciones. Este motor gasolina firma el nivel de potencia más elevado antes de pasarnos al acabado ST. Su funcionamiento se distingue por brindar suavidad y buen hacer, aunque no por transmitir sensaciones deportivas como se podría esperar de nada menos que 182 CV.
Conduciendo el propulsor 1.5 EcoBoost de 182 CV, lo primero que nos llama la atención son los desarrollos del grupo de transmisión, son muy largos, obligándote a jugar con el cambio si quieres sacar el máximo de este caballaje. A ritmo rápido este motor convence, pero no sorprende para su potencia. Más allá de sus prestaciones, este nuevo motor de la familia EcoBoost destaca más por su agrado de conducción y ajustados consumos.
A los mandos del también nuevo 2.0 TDCI de 150 CV asociado a una transmisión manual de seis relaciones, el nuevo Ford Focus gana carácter gracias a un par más contundente, con mayor disponibilidad y unos consumos más ajustados. La esencia del diésel se hace patente desde el primer instante y, aunque Ford ha conseguido filtrar bastante bien a este propulsor movido por gasóleo, la realidad es que este diésel no ofrece ni la suavidad, ni el tacto, de los excelentes 1.5 EcoBoost.
Como comentábamos en un principio, todos los motores del nuevo Ford Focus son Euro 6. Ford ha conseguido que sus diésel cumplan la norma Euro VI sin necesitar un sistema SCR que obligue al consumo de AdBlue, apostando por una solución aparentemente más atractiva a través de un NOx-Trap que no requiere mantenimiento alguno.
Tras conocer las novedades estrenadas y el comportamiento en marcha del nuevo Ford Focus, os animamos a conocer la segunda parte de esta prueba centrada en el importante arsenal tecnológico estrenado. Motores, seguridad e infoentretenimiento se benefician de una apuesta decidida para integrar lo último en la industria del automóvil.
En Diariomotor: Nuevo Ford Focus 2015: primeras impresiones desde su presentación en Málaga