Recibir información proyectada en el parabrisas puede sonar a tecnología de ciencia ficción. Pero no lo es. De hecho, la tecnología Head-Up Display es relativamente común, son muchos los modelos que la equipan y, sinceramente, me costaría recordar cuál fue el coche en el que lo probé por primera vez. En el fondo es una tecnología sencilla, tremendamente útil para aumentar el confort y la seguridad de la conducción y económica, tanto que me sorprende que desde su introducción a finales de los 80 no se haya extendido más por toda la oferta de automóviles modernos.
¿Cuál es la función del Head-Up Display?
Para la generación Top Gun, emblemática película de los ochenta, el Head-Up Display recordará irremediablemente a un caza de combate en el que las fuerzas G, el rumbo, la altitud y los objetivos a los que atacar aparecen dibujados en la línea visual del piloto. El concepto del Head-Up Display de un automóvil es exactamente el mismo, mostrar información relevante para la conducción, de manera que el conductor sea capaz de leerla sin desviar la mirada de la carretera.
Los Head-Up Display son muy prácticos y generalmente muestran el velocímetro y las indicaciones del navegador. También es común que nos presenten la marcha engranada, las revoluciones del motor, las limitaciones de la vía (si el vehículo también cuenta con reconocimiento de señales de tráfico) o incluso la cercanía con el vehículo que nos precede, para evitar que rebasemos la distancia de seguridad.
Aunque para facilitar su visibilidad suele utilizarse un tono verde, también es común que los sistemas más modernos presenten la información en otras tonalidades.
¿En qué consiste el Head-Up Display?
La integración más sencilla y habitual de un Head-Up Display se basa en una superficie transparente que se interpone entre nuestros ojos y el parabrisas, por encima del volante o en un proyector que refleja la imagen invertida sobre el parabrisas. Estos sistemas están diseñados para que la información sea legible independientemente de las condiciones de luminosidad y la postura del conductor, contando con un ajuste de la posición de la imagen proyectada para adaptarla al ángulo de visión del conductor.
¿Qué otras alternativas existen al Head-Up Display proyectado?
La irrupción de diseños de instrumentación atípicos quizás haya añadido bastante confusión al respecto. Aquellos automóviles que presentan la instrumentación en el centro del salpicadero o por encima del volante, como el i-Cockpit de Peugeot, o el cuadro de mandos del Honda Civic, no son un Head-Up Display al uso, pero sí una solución socorrida que en el fondo ayuda a que no desviemos la mirada de la carretera.
El futuro del Head-Up Display: la realidad aumentada
En un futuro próximo, los Head-Up Display pretenden revolucionar por completo la experiencia de conducción. El primer paso ya se está dando y consiste en aumentar la superficie del parabrisas utilizada para proyectar la información. El Jaguar XE, por ejemplo, ya emplea un sistema más avanzado para proyectar la información basado en láser. Pero el verdadero salto cualitativo lo daremos cuando empecemos a ver la proliferación de pantallas transparentes en el parabrisas, capaces de ocupar una gran extensión, o toda la extensión disponible del parabrisas, para mostrarnos información.
Uno de los avances más interesantes que nos ha presentado Jaguar, aún como prototipo, ha sido el Virtual Windscreen para el F-Type. Al utilizar toda la superficie del parabrisas para mostrarnos información relevante sobre la conducción deportiva en circuito, la experiencia puede transformarse en algo digno de videojuegos de última generación. Imaginaos pilotar en unas tandas en circuito con un avanzado sistema de información sobre el parabrisas que nos vaya marcando los tiempos, las vueltas rápidas, la diferencia con los vehículos que nos preceden, las trazadas, que nos “cante” las curvas… Sin lugar a dudas el próximo salto cualitativo del Head-Up Display tiene que ver con la realidad aumentada.
Sin salir de la marca británica o, mejor dicho, marchando a su hermana del todoterreno, nos encontramos con prototipos como el Land Rover Discovery Vision Concept que lleva al límite las posibilidades de la realidad aumentada, aunque con el foco puesto en la conducción todoterreno. Esa realidad aumentada y esa proyección de imágenes sobre el parabrisas nos permitiría conseguir una experiencia visual tan curiosa como transformar el capó en una superficie transparente y contemplar con todo detalle todo lo que pasa por debajo de nuestro coche.
Pero las posibilidades del Head-Up Display y la realidad aumentada son prácticamente infinitas. Imaginad la combinación de realidad aumentada, indicaciones del navegador, información sobre los negocios que encontramos a nuestro paso, hoteles, restaurantes. Imaginemos también lo práctico que podría resultar combinar esta tecnología con sistemas de visión nocturna y de identificación de peatones.
En fin, el Head-Up Display y la realidad aumentada es presente, pero a la vez futuro, un futuro como mínimo prometedor…
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