El SsangYong Rodius lleva entre nosotros ya más de 10 años. El pasado año ha recibido una renovación en profundidad, una nueva generación para el monovolúmen más espacioso del mercado, que se presenta como una de las más recientemente renovadas alternativas a los grandes monovolúmenes. Renovado pero aún con la misma plataforma de siempre, podríamos decir que es incluso competencia de las furgonetas de pasajeros como la Hyundai H1 o la Ford Transit Custom. No obstante, el Rodius es un animal único.
Desde su lanzamiento ha sido ridiculizado – o más bien ha sido el objeto de muchas bromas – por su aspecto decididamente… polémico, pero sus ventas nunca han sido bajas, en parte por un precio realmente competitivo, por los cuantiosos descuentos de la marca y por su enorme versatilidad interior. Fue lanzado en 2004, y recibió un lavado de cara en 2008, que remedió detalles estéticos algo esperpénticos. La belleza automovilística es subjetiva, pero hay ciertos vehículos que no son del gusto de todos los públicos.
Su segunda generación se lanzó el pasado año, con un aspecto más moderno, más serio y con un interior tan amplio como siempre. Las medidas del coche apenas cambian – realmente es un lavado de cara profundo más que una nueva generación – pero sí hay novedades en la mecánica. Se prescinde del probado y robusto motor 2.7 turbodiésel de cinco cilindros y origen Mercedes, debido a que no es capaz de cumplir las normativas actuales de emisiones. Lo reemplaza un 2.0 eXdi de desarrollo propio.
La unidad que SsangYong nos ha cedido amablemente es un Rodius con acabado Limited, que hemos probado durante una semana, cercano al tope de gama de este modelo. La unidad probada tenía algo más de 11.000 kilómetros cuando la recogimos en Madrid, y durante el tiempo que estuvo en nuestro poder recibió casi 1.500 kilómetros adicionales. Quedaos con nosotros para conocer más a fondo a este leviatán de las carreteras, uno de los turismos más grandes del mercado. Podéis traer con vosotros hasta a seis personas adicionales…
Un monovolúmen con gigantismo
Con 5,13 metros de longitud, el Rodius no es un vehículo pequeño. Es más largo que muchas berlinas de representación. Su diseño se inspira en la actual línea de diseño de SsangYong, y decididamente ha mejorado con respecto a su primera generación. El frontal muestra líneas fuertes, ópticas angulosas y una calandra cromada con mucha presencia. Con respecto al modelo saliente, su diseño ha ganado en racionalidad y aún teniendo un aspecto personal, no será usado como ejemplo de “coche feo” como ocurría de forma innegable con su predecesor.
Desde delante, no nos damos cuenta de la verdadera dimensión del Rodius. Es en su perfil lateral donde apreciamos su gigantesco tamaño. Es realmente difícil lograr que un vehículo sea proporcionado con casi dos metros de altura y cinco de largo, las llantas de 17 pulgadas parecen pequeñas y el equilibrio entre carrocería y superficie acristalada es delicado. Desde el pilar C hasta el final del coche hay mucha “chapa” a la vista, pero la solución es mucho más agraciada que la curvatura presente en la anterior generación.
La zaga es bastante equilibrada habida cuenta de las proporciones del Rodius y sus casi dos metros tanto de anchura como de altura. Las ópticas tienen un tamaño considerable, pero no excesivo. El cristal trasero tiene buenas dimensiones de cara a la visibilidad, no es un ventanuco y ello se agradece. El tubo de escape está oculto tras el paragolpes trasero, de tamaño considerable. En color blanco el Rodius resulta bastante favorecido. Pasemos a su interior ahora, del que ya os adelantamos es apto para siete adultos bien crecidos.
Viajando en clase preferente
No he querido imitar el “idilio en primera clase” de mis compañeros en el Bentley Continental, por lo que me tengo que limitar a la clase preferente que nos podemos encontrar en un tren. Porque la metáfora es más apropiada, alejada del lujo y la opulencia. Lo innegable es la gigantesca dosis de espacio que recibimos en el SsangYong Rodius. Sus siete plazas son reales, todas ellas con cómodas cotas de espacio. El Rodius actual es un lavado de cara profundo de la generación saliente, por lo que mis impresiones de 2010 aún son parcialmente válidas. Podéis consultarlas aquí.
La postura de conducción es realmente elevada, es un coche al que se sube, no en el que uno se agacha para sentarse. Desde el amplio asiento del conductor trato de ajustar el volante, y veo que SsangYong no ha corregido la falta de volante regulable en profundidad, sólo en altura. No me resulta incómodo, pero para otras personas sí podría serlo. Ante mí se extiende un enorme salpicadero con la instrumentación ubicada en posición central. Una interesante novedad es que frente al conductor se encuentra una pequeña pantalla de cristal líquido con un velocímetro y el ordenador de a bordo, decididamente muy útil.
El resto de instrumentación se sigue encontrando en posición central, pero lo cierto es que gracias a la pequeña pantalla antes mencionada apenas los miraremos, además, la ausencia de instrumentación a tamaño completo frente a nosotros logra que nuestra visibilidad de la carretera sea excelente. Las calidades del salpicadero siguen sin ser las mejores del segmento, pero la combinación de plásticos blandos con plásticos duros está bien resuelta en general, y dentro de su sencillez, no se encuentran detalles feos. Lo que no podemos esperar es calidad Audi o Volkswagen en sus acabados.
Un detalle de la generación saliente que me llamaba mucho la atención era la gigantesca palanca de cambios, más propia de un vehículo comercial que de un monovolumen. La consola central ha sido rediseñada, ganando en limpieza de líneas y en espacio para objetos, con el efecto colateral de disponer ahora de una palanca de cambios de tamaño normal. Entre los asientos delanteros sigue habiendo una cubeta portaobjetos apta para varias botellas de litro y medio, un bolso grande o la discografía de Manolo Escobar, lo que prefiráis. Es un espacio enorme y me parece muy útil.
Los cuatro asientos delanteros siguen gozando de una dosis extra de espacio, con sus correspondientes reposabrazos y diversos ajustes para lograr que viajes largos no sean un inconveniente. Los dos asientos centrales son regulables en longitud y giratorios. Si plegamos su respaldo obtenemos una práctica mesa para jugar a las cartas o comer algo, siempre de agradecer en carretera. Si no llevamos pasajeros en la tercera fila podremos estirar las piernas como en pocos vehículos es posible. Existen ajustes de climatización individuales para las plazas traseras, además de una pantalla TFT para reproducir contenidos multimedia.
Siete plazas reales, y maletero para siete personas
La tercera fila de asientos tiene tres plazas, aptas para tres adultos en todas sus cotas, con sus correspondientes posavasos y asientos de seguridad de tres puntos. No son asientos plegables diseñados para uso ocasional, son asientos completos para uso permanente. El acceso a las plazas no es complicado desplazando los asientos de la fila central hacia delante. Mientras no midamos más de 1,90 metros o los asientos centrales no estén muy desplazados hacia atrás no deberíamos tener problemas de espacio. Lo que se echa de menos es algo más de luz, debido a la forma de la carrocería.
Es posible sacar la tercera fila de asientos del coche, pero necesitarás la ayuda de otra persona, pues es bastante pesada. Viene bien si necesitamos de manera habitual una dosis considerable de espacio. Sin extraer la tercera fila de asientos el volumen de carga disponible es de unos alucinantes 875 litros, suficiente para cuatro maletas de tamaño grande. Es posible jugar con el espacio desplazando ligeramente la última fila de asientos, en función de nuestras necesidades. Con la tercera fila fuera del coche el espacio disponible crece hasta alrededor de 1.500 litros, o 1,5 metros cúbicos.
Con todos los asientos fuera del coche ya tendremos unos 2,5 metros cúbicos, cifra sólo disponible en vehículos comerciales, no en un turismo. Si necesitamos hacer una pequeña mudanza, podemos utilizar el Rodius en lugar de una furgoneta alquilada. También podemos meter un colchón de tamaño matrimonial y hacer el roadtrip definitivo. Sin sacar los asientos, echando los respaldos de ambas filas hacia atrás, también se logra una enorme superficie plana sobre la que colocar un colchón hinchable. A día de hoy, el Rodius es el único coche en el que he dormido cómodamente de esta manera.
Un detalle a considerar es que la puerta del maletero sigue siendo gigantesca y abierta sobresale más de un metro por detrás del coche y llega a los dos metros de altura. Lo que quiero decir es que tengáis cuidado en aparcamientos estrechos o parkings. La rueda de repuesto está bajo el coche, y es de tamaño completo, una rareza en estos tiempos.
Continuará…
En Diariomotor: SsangYong Rodius, presentación y prueba en Madrid: probamos la nueva generación del monovolumen de 7 plazas | SsangYong Rodius: así es la nueva generación