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Porsche Top Secret: 928 Cabriolet, diseñado con EEUU en mente

Corría el año 1977, y en el Salón de Ginebra se presentaba el Porsche 928. El primer Gran Turismo de Porsche, que completaba la gama junto a los 924 y 911, con la idea de reemplazar por completo al 911 eventualmente (al que la directiva de Porsche creía agotado a nivel de desarrollos futuros). La historia dictaminó que el 928 no fue el ataúd de los 911, por fortuna, pero esa es otra historia. Esta es la historia de la versión descapotable que Porsche desarrolló para el 928, una década después de su presentación. Hay muchas preguntas que requieren respuesta.

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Un Gran Turismo descapotable muy yankee

Porsche 928 Cabriolet

Miami Vice: en 1988 todos pensaban que un 928 Cabriolet era una excelente idea.

Cuando el Porsche 928 fue presentado en el Salón de Ginebra de 1977 se tenía pensado el lanzamiento de una versión Targa, que nunca se llegó a materializar. Mediados ya los años 80, y ante un repunte considerable de las ventas del 928 en el mercado estadounidense, Peter W. Schutz – por entonces presidente de Porsche – decidió que sería una buena idea lanzar una versión Cabriolet del 928. Schutz había sido en su momento el impulsor de las versiones descapotables del 911, de nuevo de gran éxito en el mercado de EE.UU., adepto de estas carrocerías.

El desarrollo comenzó y se creó un prototipo completamente funcional en 1988, el mismo que tenéis en vuestras pantallas. Un coche que estaba listo al 90% para ir a los concesionarios, una auténtica unidad de preproducción. Esta unidad única fue construida sobre la base de un 928 S4, dotado de un motor 5.0 V8 de 320 CV de potencia. La ejecución del proyecto fue cosa de el carrocero Weisenberg – parte de la American Sunroof Company – bajo instrucciones de Porsche, que ya había por su parte realizado el trabajo previo de ingeniería y diseño de esta variante.

Porsche 928 Cabriolet

La apariencia del 928 Cabriolet es realmente armónica, con una integración perfecta de la capota en la parte trasera del vehículo. Por desgracia, no pudimos comprobar su apariencia con capota o su funcionamiento, aunque sabemos que era eléctrico, no manual. Tampoco pudimos ver si había arcos antivuelco funcionales, aunque se nos mencionó que era un vehículo muy seguro. A nivel de habitáculo tampoco había cambios con respecto a otros 928, con mucho cuero, ajustes eléctricos y botones en inglés, tal y como los clientes americanos deseaban a finales de los años 80.

Las dos plazas traseras pasaban a ser inexistentes a efectos prácticos, cosas del directo. Ningún cambio adicional en el frente estético de un vehículo que a pesar de llevar ya 10 años en el mercado, era actualizado constantemente y recibía nuevos motores; curiosamente, el 928 dejó de venderse bien entrados los años 90, en el no tan lejano año 1995. A pesar del refuerzo necesario en chasis y carrocería en el desarrollo de vehículos descapotable, el peso del 928 Cabriolet se quedaba en los 1.649 kg. Con sus 320 CV permitía una punta de 270 km/h.

¿Qué terminó con el Porsche 928 Cabriolet?

Porsche 928 Cabriolet

Varios factores confluyeron, pero el principal fue el factor monetario. Un tipo de cambio desfavorable marco-dólar habría dañado de grave manera las ventas de la que sería la versión más cara de la gama 928, con diferencia. Este mismo tipo de cambio – que dañaba gravemente los márgenes de Porsche – coincidió ya a finales de los 80 con unas ventas decrecientes de la saga 928. El espejismo del repunte de los 928 fue eso, y ante estas perspectivas tan poco halagüeñas, la directiva de Porsche decidió tirar la toalla en este proyecto que ahora rescatamos.

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Sergio Álvarez

Aunque es técnico en comercio internacional de formación, los coches han sido su pasión (incluso obsesión) desde que apenas levantaba un metro del suelo y sus padres le regalaron un Ferrari rojo a pedales. Su afición se ha profesionalizado en Diariomotor, donde está presente desde 2008. Seguir leyendo...

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