Año 1967, la primera gran crisis del petróleo aún no ha revolucionado la forma en que la industria concibe al automóvil, pero Ford ya está explorando las posibilidades de un nuevo concepto de movilidad sostenible, de eficiencia, pero sobre todo dimensiones contenidas y practicidad urbana. Ni tan siquiera Mercedes-Benz, que comenzó a lanzar salvas anunciando su interés en el smart ya en los años 70, había proyectado aún el urbanita de imagen inconfundible que hoy en día todo el mundo reconoce al ver por la calle. El Ford Comuta bien podría haber sido un primer adelanto del kei-car europeo, o de ese utilitario urbano y eléctrico que hoy en día ya nos sorprende mucho menos.
El Ford Comuta jamás llegaría a los concesionarios, se trataba de un prototipo para demostrar las posibilidades de un utilitario urbano y eléctrico. Con la visión del Siglo XXI, es posible que sus cifras puedan parecernos ridículas, pero definitivamente no estaba mal que este prototipo fuera capaz de recorrer 40 millas, 64 kilómetros, con una recarga completa y alcanzar una velocidad máxima de 64 km/h, más que suficiente para trayectos urbanos.
La crisis del petróleo del 73 aún no había removido los cimientos de esta industria, tal vez por eso la sección británica de Ford, la responsable de desarrollarlo, ni se planteó la posibilidad de que llegase a los concesionarios, en un momento en el que el Ford Cortina era el auténtico best-seller del óvalo azul en Reino Unido. Leonard Crossland, uno de los responsables de Ford en las islas por aquella época, ya declaró una frase que hoy en día sonaría premonitoria, asegurando que el motor eléctrico tardaría muchos años en remplazar al motor de combustión y que los eléctricos tan solo tendrían sentido “para ser utilizados primordialmente en el centro de las ciudades, como vehículos de reparto y de servicio para los negocios locales”.
El vídeo que puedes ver más arriba, del archivo histórico de la British Pathé, ya nos muestra el interés y el entusiasmo que generaban los dos prototipos que se construyeron en aquella época. No menos impresionante es el prototipo Coaster, un utilitario eléctrico dotados de una solución que hoy en días sigue vislumbrándose como el futuro del utilitario urbano eléctrico, la de integrar el motor en un equipo compacto que también haga las veces de sistema de frenado. El vídeo culmina en las instalaciones de la British Motor Corporation, con los proyectos eléctricos que ya se estaban fraguando en la marca que muy pronto se uniría con Leyland Motors para formar BLMC.
Fuente: Ford | Brisith Pathé
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