Aquel que entienda y acabe de comprarse una motocicleta o un deportivo, pero no esté satisfecho con su sonido, sabrá que en Akrapovic siempre encontrará garantías, soluciones para buscar un sonido con más carácter y contundencia para la línea de escape de su coche. Y cuando Akrapovic decide ir más allá de su cometido, de diseñar líneas y fabricar líneas de escape que suenan a gloria, de calle y de competición, nos encontramos con creaciones tan sorprendentes como la que ves en estas imágenes, una motocicleta retro-futurista, inspiración Streamline y Art Decó, para un prototipo de dos ruedas que ha sido construido a modo de prolongación de un tubo de escape Akrapovic.
Lo que estás viendo lleva más de 800 horas de trabajo y cuenta con dos características que sorprenden especialmente, su apariencia de monociclo, con una altísima rueda de 30 pulgadas delante y una segunda rueda escondida y completamente carenada detrás; y su chasis perfilado a modo de extensión de su sistema de escape doble. Y es precisamente esa última característica la que más te gustará si eres un amante del Art Decó y de la corriente Streamline, de aquellas locomotoras alargadas de los años 30, de las caravanas cromadas Airstream de los sesenta, de automóviles americanos tan emblemáticos como el Chevy Bel Air de los cincuenta y de prototipos como el Ghia Streamline X “Gilda” – con turbina a reacción – del 55.
Esta locura de dos ruedas fue un encargo especial de Akrapovic a sus compatriotas de Dreamachine Motorcycles, para desarrollar conjuntamente un proyecto que exponer en la feria de personalizaciones de Bad Salzuflen Custombike Show, en Alemania. Su nombre, Full Moon, no se debe a otra cosa que a la apariencia de su rueda delantera.
Akrapovic ha diseñado una línea de escape específica camuflada en un chasis que produce la apariencia visual de que toda la motocicleta sería un tubo de escape inmenso en el que se ocultaría la rueda posterior. Contaría con un motor de 1.524 cm3, llantas de aluminio y fibra de carbono, frenos cerámicos, suspensiones hidráulicas, dirección eléctrica y todo un despliegue de tecnologías, en ocasiones inéditas para una motocicleta.
No sé vosotros, pero yo no me imaginaría a esta motocicleta rodando por ahí, enfrentándose a los obstáculos y los resaltos de nuestras ciudades. Pero en cambio sí que podría imaginármela posando en un museo de arte moderno, ¿no os parece?
Fuente: Akrapovic
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