Benjamin – interpretado por un joven Dustin Hoffman – es un chaval, de familia bien, que con 21 años acaba de graduarse. Más allá del argumento de una de las películas más taquilleras de todos los tiempos, El Graduado, te bastarán apenas unos minutos para descubrir cuál es el otro protagonista del filme. Y el protagonista no es otro que un bellísimo Alfa Spider Duetto rojo, el regalo de este joven capaz de generar algo muy parecido a la vergüenza ajena en el espectador, con su forzada inexperiencia en asuntos amorosos, su actitud digna de lo que hoy en día llamaríamos “nini” de libro y su desvarío de acosador.
Una hora y tres cuartos para un anuncio de televisión creado para la gran pantalla. Ya sabéis que, por suerte para Diariomotor, sé más de coches que de la historia de la publicidad, pero los que sí entienden de esto aseguran que el caso del Alfa Spider Duetto que aparece en El graduado es el primero de product placement en la industria del cine, y uno de los más representativos junto a ejemplos como los que más tarde seguirían otras películas tan taquilleras como E.T.
La aparición de un coche, ya sea de manera casual y puntual, a modo de cameo, o con un protagonismo tan claro como en este caso, no siempre se debe a un interés comercial de una marca. En estos días en los que James Bond ya tiene su nuevo coche, merecía la pena recordar uno de los casos más representativos de product placement.
La relación de Aston Martin con James Bond no es fruto de los intereses comerciales de la marca, sino de las necesidades del guión, Ian Fleming cuidó hasta el último detalle de su famoso agente secreto, que a finales de los años 50 comenzaría a utilizar Aston Martin, según dicen, por la inspiración de un DB2/4 Mark I del 54 que aparcaba cerca de la residencia de Ian Fleming.
Evidentemente, eso no ha evitado que en la ficción cinematográfica el papel del deportivo cargado de extras que conduce 007, acabara convirtiéndose en una rentable estrategia de product placement. Baste recordar aquellos BMW de GoldenEye y The world is not enough, o el Aston Martin one-off, creado a la medida de James Bond, que veremos en el estreno de Spectre.
Regresando al tema de El Graduado, a nadie puede escapársele que el Alfa Spider Duetto que conduce Dustin Hoffman es casi tan importante en la trama como las inseguridades de su protagonista. Amén de sus constantes apariciones en pantalla, la falta de conocimiento sobre el manejo del stick, de un cambio manual, hace que Benjamin acabe conduciendo junto a Mrs. Robinson hasta su casa. Benjamin no puede escaparse de la “encerrona” simplemente prestando su coche.
Para entender el interés de Alfa Romeo en aparecer en El Graduado, es suficiente con tener en cuenta que Alfa Romeo había aterrizado en Estados Unidos en los años sesenta, donde ya se habían dejado ver sus coches desde los años cincuenta gracias a algunos exportadores. Alfa Romeo escogió a un coche que inicialmente no parecía el más apropiado para un recién graduado, sino más bien el remedio perfecto para superar la crisis de los cuarenta.
Alfa Romeo quería replicar el éxito de marcas como MG, Austin-Healey y Triumph. Sus propuestas eran realmente innovadoras en Estados Unidos, un país en el que sus descapotables no eran precisamente ligeros, ágiles y contenidos en cuanto a cilindrada y potencia.
La aparición del Alfa Spider llegaría a convertirse en algo parecido a un viral de la época. El Graduado hizo famoso a este nuevo Alfa Romeo y a falta de redes sociales, e internet, como en nuestros tiempos, sin trending topics, ni una avalancha de visitas a la web de Alfa Romeo, los clientes potenciales mostrarían su interés en el Alfa acercándose a sus concesionarios.
Sería difícil reconocer un gran éxito en un deportivo exclusivo, que inicialmente no podría gozar de grandes cifras en sus ventas. Pero a largo plazo sí que resulta más que evidente que Estados Unidos se convirtió en uno de los mercados más importantes para este modelo y que el público estadounidense por fin había conocido a la marca Alfa Romeo
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