¿Qué es el Citroën C4 Cactus? Buena pregunta para comenzar con esta prueba del Citroën C4 Cactus. No es un crossover, un SUV, al uso, aunque su aspecto pueda invitarnos a pensar en ello. Es bastante bajo, más incluso que un Citroën C4, pero su puesto de conducción prima conducir en una posición alta y las protecciones de plástico negro en los bajos, las defensas y los pasos de rueda, junto con los famosos Airbumps, aportan un toque campero.
Aún hay más. No es exactamente un monovolumen, aunque a bordo ha sido diseñado para primar el espacio y el confort, con soluciones tan curiosas y prácticas que sonrojarían a muchos monovolúmenes líderes en sus segmentos. No es un utilitario, pero tampoco un compacto al uso, es demasiado largo para cumplir como un segmento B y demasiado corto si lo comparamos con otros compactos. Pensad que el Citroën C4 Cactus se sitúa a medio camino entre Citroën C3 y Citroën C4.
¿Qué demonios es el Citroën C4 Cactus? Es lo que es, sin más. Un coche que probablemente no me compraría y aún así me parece un verdadero soplo de aire fresco para su marca y para el mercado, en general. Un coche que atrae miradas y que puede cubrir las necesidades de un amplio espectro de clientes, ser una alternativa de compra a la que recurrir en un montón de casos. Tirando de los más vendidos en su categoría en España, podrías estar pensando en comprar un Renault Megane, un SEAT Ibiza o un Nissan Juke y acabar con un Cactus en tu garaje, no sería tan descabellado…
Y es que Citroën ha logrado crear un producto económico y competitivo, pero sobre todo original y práctico y – honestamente – creo que han dado en el clavo. Citroën busca su identidad, con una gama DS que se erige bajo un halo premium y una marca hermana, Peugeot, que ya ha dado un salto cualitativo hacia productos con una calidad percibida nada desdeñable. A Citroën no va a tocarle bailar con la más fea, ni mucho menos, y aunque económico, el Citroën C4 Cactus no da la impresión de un low-cost y sí de un producto tecnológico y pensado para satisfacer con creces las necesidades de sus clientes.
¿Y por qué original?
Contémplalo una vez más y dime que no tienes ya la respuesta a esta pregunta. Citroën tuvo la ocurrencia de diseñar un sistema denominado Airbumps, algo así como unas cámaras de aire que me recuerdan a aquellas zapatillas deportivas Nike que tanto me gustaban en mi infancia. Integrar en las puertas del coche y en las defensas unas protecciones adicionales de plástico negro da mucho juego, bastante más que su función práctica de proteger la carrocería y la pintura del impacto de la puerta del que aparca a tu lado o el carrito de la compra que se nos escapa y choca con el coche.
Los Airbump añaden un toque más para personalizar el coche. Te los puedes llevar en Negro, en gris Duna, en Gris y en marrón Chocolate.
¿Y por qué tecnológico?
Porque te subes a bordo y te encuentras con un cuadro de mandos completamente digital y una pantalla central táctil y a todo color, que por cierto es de serie, que aboga por un minimalismo sin precedentes. En su salpicadero apenas hay botones, el control corre a cargo de una pantalla táctil bastante accesible y manejable, con una integración y una estética realmente correcta.
A bordo la sensación no deja de ser un tanto extraña. No tienes un cuadro de mandos al uso, ni un cuentarrevoluciones, pero lo estrictamente necesario está presente en una pequeña pantallita detrás del volante. El salpicadero es completamente horizontal y solo sobresale una pantalla táctil muy colorida en la que también nos encontramos con los controles del climatizador, del equipo de sonido e incluso la información del ordenador de a bordo acerca de consumos y otras medias.
El volante es realmente pequeño y achatado por su base, pero manejable y práctico por los accesibles botones multifunción instalados en los radios centrales.
Para que tengas más espacio para las piernas, a Citroën se le ocurrió que sería mejor integrar la guantera en la parte superior. Y la verdad es que no está nada mal de espacio.
La calidad de los materiales del Citroën C4 Cactus. Hay mucho plástico duro, por ejemplo en el revestimiento de las puertas. Pero en cuanto a ajustes Citroën ha hecho un gran trabajo y algunas superficies, como la del salpicadero, tienen un tacto cuidado y agradable. Hay detalles de calidad y originalidad, como los tiradores interiores para cerrar las puertas.
Decidme si esto es una genialidad o un absurdo, pero Citroën pensó que en las versiones automáticas no tenía sentido que el conductor y su acompañante fueran separados y juntó ambas butacas en lo que ellos denominan “espíritu sofá”. No puede acoger una tercera plaza, pero la solución es cuanto menos interesante.
El nuestro era manual, y no contaba con “sofá”. Pero aún así se nota que las butacas son mucho más anchas que las que encontraríamos en cualquier otro coche. En nuestra unidad de pruebas contábamos con butacas de tapizado textil, con buen mullido y muy cómodas. La sujeción lateral es pobre, pero imagino que no estarás pensando en tomar las curvas de lado con este coche ¿no?
Atrás hay espacio a raudales. Normalmente, cinco personas viajando en un compacto implica que la que viaja atrás y en el medio o sea muy pequeña o tenga que despachurrarse con sus compañeros. En el Citroën C4 Cactus toda la base de asientos es prácticamente plana, y el tercer pasajero cuenta con más espacio que en cualquier compacto y que en muchos monovolúmenes y berlinas. Lo cual es muy de agradecer, si además tenemos en cuenta que el C4 Cactus es más pequeño que la mayoría de los compactos del mercado.
Hay detalles que me gustan menos, como el hecho de prescindir de ventanillas traseras al uso. En su lugar, un sistema de pestañas que permite una mínima apertura, una rendija de un par de dedos para dejar entrar algo de aire. Mi madre, que como todas las madres del mundo es más sabia que yo, me decía que no recordaba cual fue la última vez que abrió las ventanillas traseras de su coche. La verdad es que los climatizadores modernos hacen que cada vez sea menos recomendable y necesario abrir las ventanillas, pero personalmente me gusta que estén ahí.
¿Por qué Citroën ha prescindido de ventanillas traseras convencionales? Esta solución se emplea habitualmente en los coches de 3 puertas, que por razones obvias no pueden integrar un sistema de ventanillas convencional. También en aquellos casos en los que apenas hay espacio para un dispositivo de este tipo. Esa es una de las razones que habrá llevado a Citroën a tomar esta solución, pero también la de abogar por el máximo minimalismo. La otra, que al prescindir de ventanillas las puertas traseras requieren menos espacio, ese espacio lo ganan las plazas traseras y además podemos contar en las puertas con unos prácticos bolsillos inferiores y un hueco superior que me dejó un poco descolocado pero que, bien pensado, es muy práctico para que los pasajeros dejen su móvil, las llaves, la cartera…
El maletero es realmente amplio. Al prescindir de rueda de repuesto trasera, el Citroën C4 Cactus homologa 358 litros, un poquito menos que un Citroën C4 normal y corriente. Echaré en falta más soluciones para organizar la carga y una base solidaria a la boca de carga, que por cierto es bastante alta, con un doble fondo. Aún así, se llevaría mi aprobado.
Y en su funcionamiento, ¿cómo se comporta el Citroën C4 Cactus? De dinámica os hablaré en el siguiente artículo y de paso os contaré qué tal se desenvuelve con el diésel de 100 CV. Os diré que estamos ante un coche extraordinariamente ahorrador en sus consumos, que es muy cómodo y manejable en ciudad y que en dinámica y agilidad es un tanto torpe y pobre, al menos si lo comparamos con un compacto al uso, como el Citroën C4 o el Peugeot 308.