La prueba que hoy os brindamos es un tanto especial. Desde el otro lado del charco, os traemos la prueba de la RAM 1500 Big Horn, equipada con el motor 5.7 V8 HEMI tope de gama y tracción integral, en su modelo 2014. Durante un par de días fue mi compañera de viajes, con la que pude descubrir el porqué de la fascinación estadounidense por las pick-up de primera mano. Tan americana como la tarta de manzana o el béisbol, así es la RAM 1500. Se tiene que dar de tortas en el mercado con la Chevrolet Silverado 1500, luchando por el segundo puesto en uno de los segmentos más importantes del país, dominado con puño de hierro por la Ford F-150 desde hace décadas.
Aprendamos nomenclaturas y carrocerías para entender la RAM 1500
Si hay un país fan acérrimo – aunque lo nieguen – de las abreviaturas y las numeraciones, es Estados Unidos. A veces son tan complicadas y extensas que hace falta un manual para saber de qué versión estamos hablando. El uso del sistema de medidas imperial no nos facilita la tarea, pero en Diariomotor os lo vamos a desgranar todo, para que no haya secreto alguno. Antes de nada, la marca. RAM ha sustituido a Dodge como nombre comercial para la gama de pick-ups y vehículos comerciales de FIAT-Chrysler Automobiles en Estados Unidos. Hace un año todos se encontraban bajo el paraguas Dodge, siendo RAM únicamente el nombre de la pick-up. Por si os lo preguntáis, RAM significa carnero en inglés, de ahí el peculiar logo de la marca.
Las pick-up se distinguen por el número que sigue al nombre. La actual gama de RAM consta de las pick-up ligeras – para los estándares Estados Unidos – 1500, las 2500/3500 – consideradas heavy-duty, con gran capacidad de arrastre y doble eje trasero en el caso de las 3500 «dually» – y las 4500/5500: chasis puramente comerciales, camiones en miniatura a los que es posible acoplar cajas de gran tamaño, grúas y todo tipo de accesorios de gran volumen y peso. Por tanto, estamos probando la pick-up más pequeña de la gama, pero curiosamente es más grande en todas sus cotas que cualquier pick-up que se venda en el Viejo Continente. Y no por un margen estrecho: la versión que hemos probado mide 5,82 metros de longitud. Dejad que la cifra vaya calando…
La complicación no termina aquí. Dejando a un lado acabados, la gama RAM 1500 se compone de cinco estilos diferentes, según tamaño de la caja y la cabina. Hay disponibles versiones con cabina sencilla – dos puertas y un banco con tres asientos – y cabina doble. Las Crew Cab y las Quad Cab son de cabina doble, con cuatro puertas, y la primera ofrece más espacio para los pasajeros. Hay tres largos disponibles para la caja, y os recomiendo un vistazo a la web de RAM para entenderlo, porque una imagen vale más que mil palabras. Nosotros hemos probado una RAM 1500 Quad Cab con caja mediana, la 1500 más grande de entre las versiones con cuatro puertas. De su motorización, caja de cambios y tipo de propulsión hablaremos a continuación…
Masculina, arrogante, excesiva y muy cromada: así es como nos gusta
Si hay un adjetivo idóneo para definir la estética de la RAM 1500 Big Horn es masculina. Masculina de pelo en pecho, de leñador de Montana o de vaquero de Texas. Es la imagen que se nos quiere vender y opino que RAM triunfa en ello, produciendo la que es la pick-up más bonita y diferenciada del segmento. Nada más ponernos a su lado su personalidad nos inunda. El capó y su gigantesca calandra cromada nos queda a la altura del pecho. Todo es grande en la RAM: grandes ópticas, un capó abultado y un paragolpes delantero cromado al completo con dos antinieblas. Si hay otro adjetivo para definir a la RAM 1500 es musculosa. A su lado una Silverado o una F-150 se asemejan a un electrodoméstico. Un gran carnero preside el centro de la parrilla delantera.
Nuestra unidad estaba equipada con llantas cromadas de buen tamaño. A pesar del perfil 70, tienen 20 pulgadas de diámetro, envueltas en neumáticos de 265 mm de ancho. Es necesaria artillería pesada para que con una carrocería de 5,82 metros de largo y 1,93 metros de altura no se caiga en la desproporción. Una cabina muy cuadrada – con el objetivo de aprovechar al máximo el espacio interior – da pie a una caja también sin nada a destacar, mas allá del toque dinámico que ofrece su borde, imitando un pequeño spoiler. El paragolpes trasero cierra el conjunto, de nuevo cromado al completo y con dos tubos de escape de dimensiones generosas, uno a cada lado.
Otro detalle que no puedo pasar por alto es que los vehículos americanos en general no esconden la versión de la que se trata. En diferentes emblemas repartidos por la carrocería puede leerse desde «Big Horn» a «5.7 V8 HEMI», pasando por «4×4» o «RAM 1500», todos ellos en letras no precisamente discretas. En el fondo, esta pick-up es una herramienta de trabajo y es un vehículo de orientación práctica, pero en zonas como Texas una pick-up es un símbolo de estátus y un coche que se usa en el día a día. Me parecía una locura, pero tras conducir una durante un par de días puedo entender perfectamente por qué y declararme fan de este delicioso derroche.
Un interior eminentemente práctico y robusto
Las RAM 1500 han estado buscando el equilibrio entre lo práctico y lo lúdico desde su lanzamiento. En su interior esto se deja ver. El aspecto es robusto, y su tacto también lo es. Una gran sensación de solidez conseguida a través de plásticos duros de buen ajuste. Esperaba acabados flojos, pero RAM ha mejorado mucho en este aspecto desde la entrada de FIAT en su capital. Me gusta el hecho de que la consola central tenga pocos botones, y todos los controles se agrupen de manera muy lógica, sin complicaciones innecesarias. De gran tamaño, están ideados para que puedan ser accionados con guantes y sean bien legibles. El volante es de dimensiones considerables, y me ha sorprendido el buen tacto del cuero en que está forrado.
La consola central es de dimensiones muy grandes, y en ella se encuentra un equipo de infoentretenimiento con pantalla táctil y los mandos de la climatización. Una de las novedades de la actual generación de las RAM es que abandonan las palancas de cambio montadas sobre la columna de la dirección y recurren a una ruleta en la parte inferior de la consola central. Una solución discreta y elegante, aunque yo prefiriese una gran palanca al estilo clásico. Cuestión de gustos, supongo. La guantera se divide en dos compartimentos de buen tamaño, aunque el espacio inferior se destina exclusivamente a la documentación. El componente práctico del interior es mayor al que jamás había experimentado en un turismo, a la altura de un comercial puro.
Sobre la consola central hay espacio con piso de goma, al igual que un hueco a la derecha de la consola. La bandeja central es el respaldo de la plaza central, pero sin pasajero tiene un gigantesco hueco en el que cabe incluso un portátil. Un cajón extraíble bajo la consola central me parece la pieza central de este práctico rompecabezas. Un detalle que muy pocos coches tienen es un enchufe convencional – con voltaje americano, 110 V – en el que podremos enchufar directamente a la corriente lo que deseemos. Pensado con equipamiento laboral en mente, también puede sacar de muchos apuros a los pasajeros. Las puertas también tienen pequeños huecos en los que podemos dejar objetos, y espacio para botellas en su parte inferior.
Las plazas delanteras son enormes a nivel de espacio, y la sensación de libertad es muy grande. Hablaremos de ello más adelante, pero contra todo pronóstico, encontrar una postura de conducción agradable es coser y cantar. Las plazas traseras son de acceso algo incómodo y justas a nivel de espacio para las rodillas, ideadas para trayectos cortos en esta versión de la RAM 1500. La ventanilla trasera central se abre lateralmente de manera eléctrica, un detalle interesante. La cama permite cargar objetos de hasta 195 cm de largo, con un ancho máximo de casi dos metros, por lo que no nos quedan muchas dudas en lo tocante a la practicidad.
Mañana arrancamos su 5.7 V8 de 395 CV y nos lanzamos a la carretera. ¿Te lo vas a perder? Yo no lo haría forastero…
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