Me niego rotundamente a imaginar un futuro en el que la imagen de un Mercedes-Benz sea esta. Pero si pensásemos que lo importante de este prototipo es el continente, y no el contenido, estaríamos tan equivocados que todo lo que dijera sobre estas líneas carecería de toda validez. Pongamos en contexto a este prototipo denominado Mercedes F 015 Luxury in Motion. Se trata de una visión futurista del automóvil, presentada en el Consumer Electronics Show 2015 de Las Vegas, uno de los eventos más importantes de la industria de la tecnología. Y lo importante – por suerte – no es lo que vemos de puertas para fuera, sino la idea que Mercedes-Benz ha intentado llevar a cabo en su habitáculo. Este extraño artilugio ha sido concebido para trasladar a sus pasajeros en primera clase y – lo que es más importante – sin necesidad de conductor humano.
Mercedes-Benz advierte de que, en apenas 15 años, la densidad de población en las grandes ciudades logrará que los bienes más preciados de cada ciudadano sean el espacio y el tiempo. No hablamos de relatividad general, sino de la revolución que ha de sufrir el transporte personal en los próximos años.
El Mercedes F 015 Luxury in Motion tiene un aspecto ridículo para aquellos que al ver la estrella pensamos en su legado, en joyas como el Mercedes-Benz 300 SL. Pero una vez más situémonos en su contexto, el CES 2015. Este prototipo bien podría ser el protagonista de una película de ciencia ficción.
Pero para comprender mejor lo que tenemos entre manos será necesario que nos subamos a bordo. Lo que ves es un inmenso sedán, por llamarlo de alguna forma, de 5.22 metros de longitud y 2.018 metros de anchura. A su lado, un Mercedes Clase S aparentaría ser una berlina corta y estrecha. Su batalla llega a los 3.61 metros, 60 centímetros más que los ofrecidos por un Clase S.
Esa inmensa carrocería se ha concebido como la excusa perfecta para dotar a este automóvil de un habitáculo con proporciones y equipamiento de salita de estar. Tras sus puertas de diseño suicida nos encontraríamos con un habitáculo muy espacioso, con cuatro asientos enfrentados entre sí y con un espacio en el que el confort y la interacción de sus pasajeros es primordial. Tanto es así, que el hecho de que exista un volante – escondido tras uno de los respaldos – y un salpicadero que haría las veces del puesto de conducción, pasa prácticamente desapercibido.
Lo lógico hubiera sido prescindir por completo de puesto de conducción, dado que este prototipo cuenta con capacidad suficiente como para desplazarse sin la intervención de un humano. Pero la realidad sabemos que es bien diferente. El coche autónomo ya está en fase de pruebas, y aparentemente en un punto tecnológico en el que su implantación sería viable, pero hasta que todas las reticencias y las dudas acerca de su funcionamiento se solventen, su llegada a las carreteras se producirá de manera muy progresiva, empezando por vehículos semi-autónomos y otros que, incluso gozando de plena autonomía, aún deberán ofrecer un sistema de conducción manual.
No nos extraña que Mercedes-Benz nos diga que lo más importante de este y otros coches autónomos no sería la interacción y la confianza que aportará que todos sus pasajeros, cuatro en este caso, conversen mirándose a los ojos, sino la confianza que establecerán los humanos con la máquina.
El Mercedes F 015 Luxury in Motion es un despliegue tecnológico en todos los sentidos. Funciona con hidrógeno, ha sido construido empleando aluminio y compuestos reforzados de fibra de carbono para ser, en términos generales, un 40% más ligero que los automóviles actuales. Incluso su diseño de puertas suicidas, con ausencia de pilar central, se habría diseñado de manera que la falta de ese elemento estructural tan importante en cualquier automóvil no penalice la seguridad. A bordo contaría con todo tipo de tecnologías, incluidas superficies sobre las que proyectar imágenes en los paneles de las puertas y una interacción visual, conversacional, e incluso gestual, entre los pasajeros y el automóvil.
Ayer os contábamos lo ridículo que nos parecía el sistema de luces que había escogido Mercedes-Benz para este prototipo. Hoy he de decir que la explicación que nos ha dado la marca nos convence mucho más. Esa iluminación, con una tonalidad variable, más que capricho podría convertirse algún día en una necesidad, o al menos en una idea práctica para permitirnos diferenciar en la carretera entre vehículos conducidos por humanos y máquinas. En modo autónomo, la iluminación LED del F 015 adquiere una tonalidad azulada, en modo manual, esa iluminación se torna en blanco.
¿Piensas que esta tecnología sigue siendo ciencia ficción? Pues lo mejor de todo es que Mercedes-Benz ya puede presumir de tener en los concesionarios un vehículo, aún no plenamente autónomo, pero sí capaz de recorrer más de 100 kilómetros por carretera sin intervención del conductor. Y ya no hablamos de prototipos, sino de un Mercedes Clase S que cualquiera puede adquirir en el concesionario…
Fuente: Mercedes-Benz
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