La llegada de la nueva generación del Peugeot 308 a los concesionarios europeos ha supuesto un gran soplo de aire fresco en el competido segmento de los compactos europeos. La firma francesa ha optado por dar un paso adelante en calidad, tecnología y comportamiento dinámico, sin dejar de lado sus señas de identidad: diseño para todos, habitabilidad, confort de marcha… Una de las banderas de esta nueva generación es la gama de motores PureTech de gasolina, conformados sobre un bloque de tres cilindros compacto, ligero, eficiente y prestacional, al menos sobre el papel.
Los tres motores de acceso a la gama gasolina del 308 se conforman en torno al mismo bloque 1.2 PureTech tricilíndrico, desglosado en potencias de 82, 110 y 130 CV (las dos últimas versiones turboalimentadas). Hace unos meses ya os ofrecimos la prueba completa del Peugeot 308 1.2 PureTech 82 CV, y en esta ocasión os traemos la prueba del Peugeot 308 1.2 PureTech 130 CV con cambio manual de seis velocidades para comprobar cómo se desenvuelve la iteración más potente de la nueva gama de motores gasolina del grupo PSA.
Disponibles desde hace casi dos años en los modelos más pequeños de PSA, la incorporación del turbo al bloque PureTech ha permitido expandir su presencia a modelos más grandes. En la presentación del Peugeot 308, mi compañero Mario ya nos introdujo las principales características del motor 1.2 PureTech de 130 CV, así como las primeras conclusiones en unos pocos kilómetros de conducción.
En nuestra prueba del Peugeot 308 1.2 PureTech de 82 CV ya os describimos nuestras impresiones acerca de la habitabilidad y diseño, tanto interior como exterior, del modelo, por lo que en este artículo tan sólo profundizaremos en el comportamiento del motor. En las próximas líneas analizaremos la respuesta del motor, sus cualidades dinámicas y los consumos registrados en los numerosos ciclos de conducción realizados en la semana en la que dispusimos del coche.
La unidad cedida por Peugeot presenta exactamente el mismo aspecto que la firma ha estado utilizando en la promoción comercial del modelo (pintura exterior gris Ardente y llantas de 18 pulgadas). Se trata de una unidad terminada con el acabado superior Allure, que incluye un completo equipamiento de serie: faros full LED, climatizador bizona, navegador, encendido automático de luces y limpiaparabrisas. Como extras incluye control de crucero activo, llantas de 18 pulgadas, el sistema Drive Sport Pack y el techo solar con lunas traseras oscurecidas.
Sin más dilación, nos sentamos al volante del Peugeot 308 para comenzar a analizar este interesante propulsor. Antes de arrancar, he de corroborar la buena impresión que el denominado i-Cockpit del Peugeot 308 ha transmitido a mis compañeros en anteriores tomas de contacto. El llamativo diseño del tablero de instrumentación, el volante grueso y de pequeño tamaño y la zona de la consola central transmiten modernidad, pero también solidez y calidad.
Particularmente me quedo con el volante, de un diseño que invita a juguetear con él en alguna carretera revirada, y que realmente se corresponde con la respuesta de la dirección, más directa y precisa de lo que jamás habría imaginado en un compacto galo. También me gusta el diseño de la palanca de cambios, grande y de acabado metálico, aunque el recorrido de las marchas es demasiado largo para mi gusto, y con más holguras de las deseables. Para más detalles del habitáculo, visita la primera parte de la prueba del Peugeot 308 PureTech de 82 CV.
1.2 PureTech de 130 CV: más suave y enérgico de lo que cabría pensar
Arrancamos el motor y rápidamente nos damos cuenta de lo silencioso que es el motor y del buen aislamiento del coche, ya que al ralentí apenas se nota el sonido. Donde sí se nota es en las vibraciones transmitidas a través del embrague y del pomo de cambio, si bien está en un nivel de vibración similar al de un motor de cuatro cilindros. Engranamos la primera velocidad y nos disponemos a ver qué tal se desenvuelve en ciudad el motor PureTech de 130 CV.
Este motor de 1.2 litros de cubicaje, tres cilindros, turbo e intercooler promete una potencia de 130 CV a 5.500 rpm y un par máximo de 230 Nm, disponible en un 95% a partir de sólo 1.500 vueltas. Hablamos de 218 Nm disponibles desde un régimen de giro muy bajo, lo cual se deja notar en los primeros metros recorridos en ciudad. A pesar del pequeño tamaño del motor, convence la respuesta en ciudad a la hora de exigir potencia en marchas cortas y agilidad en las aceleraciones.
El motor sube muy bien de vueltas, si bien el tope de revoluciones nos lo encontramos a sólo 6.000 rpm. La buena respuesta del motor, en relación a los 130 CV de potencia que promete, conjugan muy bien con una dirección muy directa, más de lo que se estila en el segmento de los compactos populares. Así, callejear resulta fácil teniendo en cuenta las dimensiones del coche. Ahora bien ¿cuánto consume en ciudad el Peugeot 308 1.2 PureTech de 130 CV?
Peugeot declara un consumo de 6.0 l/100 km en ciclo urbano, una cifra muy optimista, como ocurre con todos los coches del mercado. Tras haber realizado numerosos ciclos de conducción urbana, la realidad es que este motor se conforma con cifras de 7.5 l/100 km, que pueden subir a 8 l/100 km en caso de tráfico muy denso o más acelerones de la cuenta. En el primer caso la conducción siempre ha sido muy tranquila, y siempre teniendo el start-stop activado.
Un motor óptimo para circular por carretera
Salimos de la ciudad para adentrarnos en carretera. Durante la semana de pruebas realizamos cerca de 700 km en autopista, donde la sorpresa también ha sido grata. A 120 km/h ,la rumorosidad transmitada al habitáculo por razones aerodinámicas es baja. Unido a una sonoridad del motor también muy reducida, el Peugeot 308 es un vehículo muy apto para viajar por autopista. Los consumos obtenidos a 125-130 km/h de marcador han sido de 6.5 l/100 km, viajando con una maleta grande y con el aire acondicionado a 22º ya que la prueba transcurrió en pleno verano.
En carreteras de doble sentido en las que se circula a velocidades inferiores a 100 km/h, el coche también es muy buen rutero siempre y cuando la trayectoria sea llana y no se requieran muchos adelantamientos. En ese caso, rodar en 6º marcha a poco más de 2.000 rpm hace que los consumos obtenidos sean muy aceptables, inferiores a 6 litros. No obstante, en el momento que se requiere adelantar hay que reducir a quinta velocidad, o incluso a cuarta si se circula a menos de 85 km/h, ya que la sexta velocidad no transmite par suficiente para adelantar con seguridad.
Peugeot 308 1.2 PureTech 130 CV, un excelente rutero
Tras haber disfrutado del coche durante una semana, podemos concluir que este motor tricilíndrico de 130 CV no tiene nada que envidiar a los propulsores de cuatro cilindros a los que sustituye. Aunque las reducciones de consumo en uso real no son tan optimistas como el fabricante anuncia, sí es cierto que las cifras son inferiores a los tetracilíndricos de potencias similares que hemos visto en los últimos años en la industria. Además, la rumorosidad, las vibraciones y el tacto no dejan entrever que estamos ante sólo tres cilindros.
Mi recomendación es que este vehículo es ideal para todos aquellos que vayan a realizar la mayoría de sus km en autopista, y que su kilometraje anual no sea demasiado elevado, ya que en ese caso la opción diésel comienza a tomar más fuerza. Su comportamiento recoge un equilibrio muy logrado, ya que no es tan aburguesado como el anterior 308 pero tampoco resulta demasiado deportivo o incómodo.
Nuestra unidad de pruebas contaba con el paquete Driver Sport Pack, una serie de ajustes que buscan ofrecer más deportividad al modelos. Presionando el botón Sport (ver fotografía) situado en la columna central, se modifica el tacto del acelerador y la dirección se hace más directa. Además, el color de la instrumentación se torna completamente rojo y el sonido del motor se escucha muy amplificado, con un sonido artificial muy sugerente. En la práctica no hace que el coche corra más, pero permite obtener un poco más de dinamismo y escuchar un sonido mucho más llamativo cuando alguien quiera sacar a relucir su lado más rebelde. Exteriormente, nadie notará esos cambios.
Desde hace unas semanas también está disponible en el mercado una versión de este motor con potencia de 110 CV. El consumo medio homologado por Peugeot baja de 4.7 a 4.6 l/100 km. Esta versión puede resultar atractiva para quien no desee tanta potencia y quiera ahorrarse un dinero extra, ya que el consumo real probablemente también sea alguna décima más bajo, y el precio de venta es 900 euros más bajo. Cualquiera de las dos opciones resultan muy atractivas, ya que Peugeot 308 ha sabido combinar un diseño agradable, una funcionalidad muy aceptable, una dinámica menos aburrida que antes y un motor de gasolina muy moderno y agradable de usar.
Fotografías de David Villarreal
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