Ahí fuera, existe una realidad tan peligrosa y preocupante, que solo nos queda confiar en que, de momento, esa situación tan temida por los conductores jamás llegue. Imagina que estás viajando tranquilamente en tu coche, se acerca la hora de comer y ese gusanillo, esa sensación de vacío en el estómago, te recuerda que va siendo hora de parar a comer. Pero antes de que te decidas a tomar la próxima salida hacia un área de servicio, un luminoso se enciende en la instrumentación de tu coche. No es una avería, no es un problema de tu coche, se trata de un anuncio publicitario que te recuerda que a dos kilómetros te encontrarás con una franquicia de la famosa cadena de comida rápida – ponga aquí el nombre que prefiera – en la que le recibirán, a usted y su dinero, con los brazos abiertos. ¿Publicidad no deseada en mi coche? Por favor, no gracias.
La cuestión es que no hablamos de temores infundados. Ian Robertson, de la cúpula ejecutiva de BMW, reconoce que marcas como la suya están siendo continuamente tentadas para vender acceso a la información que guarda tu coche de ti. Piénsalo bien. Tu coche sabe por dónde te mueves, cuánto tiempo conduces, y por qué carreteras, y a qué horas, lo haces. Tu coche sabe si eres imprudente, si conduces muy rápido y no te pones el cinturón, si lo haces solo o acompañado, si eres precavido y anticipas los repostajes, o eres de los que apura hasta la última gota. En fin, la información es dinero, el dinero es poder y su poder, simplemente, es lo que quieren aumentar todas aquellas marcas que estarían dispuestas prácticamente a firmar un cheque en blanco para entrar en el equipo de entretenimiento de muchos coches.
El peligro es real pero, por suerte, o por desgracia, los fabricantes se han cuidado muy mucho de limitar el acceso a terceros a sus coches. En realidad, un coche moderno no es un búnker de la seguridad. Pero, en su diseño de sistemas de entretenimiento, cada marca ha procurado evitar la intromisión de desarrolladores externos ofreciendo unas funcionalidades muy concretas y limitadas.
Es decir, que salvo que el fabricante tome la decisión consciente de que una marca entre en sus sistemas y conozca información determinada acerca de tus hábitos, dicha situación no habría de producirse en ningún caso. Y por ahora no parece que haya ningún fabricante que esté dispuesto a dejar entrar a otras marcas en sus coches.
Algunos proveedores ya presentes en nuestros equipos de entretenimiento, como el servicio de streaming de música Pandora, ya han anunciado que ofrecerán publicidad en su aplicación, salvo que el cliente suscriba una cuenta premium. Evidentemente, el cliente tendrá la decisión última de utilizar el servicio, corriendo el riesgo de recibir publicidad no deseada; suscribir cuenta premium; o no utilizarlo. Y en cualquier caso no parece que Pandora vaya a tener acceso a mayor información que tus hábitos musicales, que saber si eres más de viajar escuchando Los Chunguitos, o Melendi.
La publicidad ya se ha entrometido en nuestras vidas en tantos aspectos, que habrá quien piense que no importa que entre en uno más. Pero el caso de los automóviles no deja de ser delicado. Imagina que siempre haces la compra en un supermercado llamémoslo MercaX, y tu coche se da cuenta de ello, y está continuamente tentándote para que vayas a comprar al supermercado de la competencia, llamémoslo El Corte Y.
De momento, no creemos que la conexión de nuestros coches con el mundo virtual, con internet, vaya a facilitarle las cosas a los anunciantes. Ni tampoco que estén dispuestos a «venderse» y «venderte» a los anunciantes. De momento parece que el beneficio de esa información que recaben de nosotros será mayor en sus manos, que el aporte que reciban por vender información a terceros.
Vía: QZ
En Diariomotor: Pandora confirma la llegada de publicidad a sus servicios para coche