Dan Gurney es uno de los nombres más famosos de la competición automovilística estadounidense. Aunque no sea tan conocido a este lado del charco, este piloto nacido en 1931 fue uno de los artífices de la victoria 1-2-3 del Ford GT40 en las 24 Horas de Le Mans de 1966. Además, en su palmarés cuenta con un Gran Premio de Bélgica: el de 1967, a bordo de un monoplaza V12 desarrollado por su propia escudería. Sus 51 victorias y 47 podios en otras competiciones – NASCAR, Indy, SCCA… – no serán el tema a tratar hoy. Será la AAR Alligator, una innovadora moto inspirada en la competición automovilística, que Gurney desarrolló a finales del pasado siglo.
La historia es muy interesante, merece la pena que os quedéis con nosotros.
No es una deportiva, no es una cruiser, no es una custom
¿Pero qué demonios es la Alligator? Es una motocicleta construida por All American Racers, la empresa de Dan Gurney. Sólo 36 unidades fueron vendidas al público, a un precio unitario de nada menos que 35.000 dólares. Todas ellas fueron vendidas en el año 2002. Lo que diferencia a la AAR Alligator de otras motocicletas es su postura de conducción, que imita a la posición tumbada con las piernas estiradas de un coche de competición. Desde que Daimler inventase la motocicleta a finales del Siglo XIX, su concepto y proporciones de «bicicleta crecida» con un motor central no ha variado. La postura de conducción de la AAR Alligator realmente fue una gran innovación.
Innovación puntual con sólo dos precedentes de éxito limitado, y que desgraciadamente, no ha arraigado en el mercado de la motocicleta de masas. Porque en el fondo, romper las convenciones marcadas por decenas de marcas y décadas y décadas de tradición, no es fácil. Todo comenzó en los años 80, cuando Dan Gurney decidió adaptar una Honda CB350 que tenía en su garaje, convirtiéndola en un curioso engendro con una postura de pilotaje totalmente diferente. Tras este primer intento, Gurney decidió comenzar su proyecto Alligator en paralelo a su trabajo como fabricante de vehículos de competición, principal sustento de su empresa, All American Racers.
La idea tras las Alligator era la de una dinámica sin parangón: al ir el piloto casi sentado en el suelo, el centro de gravedad es mucho más bajo, permitiendo que tanto frenada como aceleración sean más seguras, y el paso por curva más rápido, todo ello con una dosis extra de confort derivada de esta postura «de sofá». Desde finales de los años 80 y hasta su presentación en 2002, Dan Gurney fue puliendo su concepto de moto, en un proyecto que más que una empresa económica viable, era una simple afición. Un concepto que se iba puliendo poco a poco y que tardó más de 20 años en madurarse, a fuego muy lento.
No era extraño ver al propio Gurney con amigos o miembros de la prensa haciendo excursiones y salidas a diversos circuitos, puliendo la dinámica de las Alligator, de las que cinco iteraciones fueron lanzadas hasta llegar al Alligator A-6, el modelo final.
Un reptil con ruedas y mala leche
Aunque las Alligator parezcan motos hechas sin muchas consideraciones técnicas o de calidad, nada hay más lejos de la realidad. ¿Por qué sólo 36 unidades fueron construidas? Dan Gurney nunca pensó en un mercado de masas y su moto fue un homenaje a su vehículo ganador en el GP de Bélgica de 1967, cuyo dorsal era el número 36, además de estar pintado en el mismo color. La atención al detalle que Dan Gurney puso en sus 36 Alligator fue muy grande, y no se escatimó un sólo dólar en componentes o técnicas de construcción. El chasis es una estructura tipo Trellis con aleación chromoly, sobre la que se ha construido un semicarenado y carrocería de fibra de carbono.
Todo se ha diseñado ad-hoc o adquirido a proveedores de primer nivel. Es el caso de los frenos Nissin por ejemplo, o sus llantas de aleación ligera. La construcción es realmente ligera, con un peso final de sólo 145 kg. El motor de la AAR Alligator es un monocilíndrico refrigerado por aire de origen Honda XR600. Originariamente con 600 cc, su cilindrada se llevó hasta los 710 cc y se le dotó de un sistema de inyección de combustible en lugar de la carburación original. Aunque no es un propulsor muy potente – desarrolla 70 CV – el bajo peso de la moto y su postura de pilotaje permitían unos pasos por curva espectacularmente rápidos y seguros.
Con todo, la AAR Alligator fue una moto incomprendida, muchos la clasificaban como custom por su postura de pilotaje con las piernas adelantadas, aunque su comportamiento era puramente deportivo. Tampoco se entendía la decisión de un monocilíndrico potente, que era un homenaje de Dan Gurney a las dirt bikes. Pero realmente, a pesar de que la moto nunca tuvo la aceptación del público de masas, no hubo ningún problema a la hora de vender la producción completa de 36 unidades.
Fuente: RM Auctions
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