Hace más de dos años que se presentara el Alpine A110-50 en sociedad. Un prototipo basado en un chasis tubular de un Mégane Trophy, con un motor 3.5 V6 Nissan de 400 CV en posición central. Un sexy superdeportivo que se nos dijo llegaría de forma descafeinada a producción. Descafeinado en este caso quiere decir a tamaño más reducido y con el Alfa Romeo 4C en mente. No obstante, están empezando a surgir dudas al respecto de este proyecto, pero desde Alpine se nos pide un poco más de paciencia. Las cosas buenas se hacen esperar.
Para hacernos la espera más amena, muy pronto podremos conducir desde nuestro sofá el Alpine Vision Gran Turismo.
Un popurrí virtual con mucho bagaje histórico
El Alpine Vision Gran Turismo está destinado a aparecer en el videojuego Gran Turismo 6, donde cualquiera podrá manejarlo contra otros vehículos o contra el cronómetro. Varios fabricantes ya han hecho lo propio con prototipos virtuales en los que sólo la imaginación es el límite. El Mercedes AMG Vision Gran Turismo ha sido el más aclamado – quizá por haber sido el primero – pero no debemos olvidar interpretaciones como las de Aston Martin o Nissan, a cada cuál más espectacular. No obstante, pienso que el espectacular Alpine Vision Gran Turismo tiene opciones a convertirse en uno de los más laureados de esta serie de prototipos virtuales.
Su estética es rompedora, pero al mismo tiempo juega con toda la tradición de Alpine, que se puede identificar en diversos rasgos. El frontal, sin ir más lejos, mantiene la doble óptica del A110 original, incorporando tecnología LED y flanqueándolas con ópticas principales también de tipo LED. El esquema de colores se puede escoger por parte del usuario pero la combinación lógica de colores es el azul y el naranja, como ya se ha visto en los últimos prototipos, e incluso en el exitoso Alpine A450 de competición de la clase LMP2. El Alpine Vision también muestra orgulloso una tira longitudinal que toma inspiración en el adorno del capó del A110.
El perfil lateral es indudablemente estilizado, con las ruedas formando pasos de rueda abultados y sólo un par de protuberancias: la cabeza del piloto y la pequeña toma de admisión del motor. Las aletas tipo «cola de pato» situadas tras la rueda trasera son un claro homenaje al Alpine A220 de competición, que participó en carreras de resistencia como las 24 Horas de Le Mans a finales de los años 60. Esconden dos flaps, dos frenos aerodinámicos que se activan en caso de requerir una frenada fuerte, otorgando más poder de parada a los discos ventilados de 390 mm del eje delantero y los discos de 355 mm del eje trasero. Virtualmente, por supuesto.
La zaga está contorneada por LEDs que se iluminan en color rojo al frenar, dibujando unas líneas difíciles de olvidar. La suspensión independiente trasera queda expuesta limpiamente. Las especificaciones de este prototipo – ficticias, claro – son las siguientes: monocasco de fibra de carbono, motor V8 de 4,5 litros situado en posición central. 450 CV a 6.500 rpm y un par máximo de 580 Nm a sólo 2.000 rpm. Con un peso de 900 kg, no se detiene hasta llegar a los 320 km/h. No sabemos su 0 a 100 km/h, pero emplea una caja de cambios secuencial de siete relaciones.
No sólo virtual
Alpine ha construido una versión real del coche, sí, de «carne y hueso» aunque sin mecánica. Puede verse en Festival Automobil International en París – situado en el icónico Hôtel des Invalides – hasta el próximo 1 de febrero, desde donde será trasladado a Rétromobil 2015 tras haber recibido un premio al vehículo más bello del año. Este festival del automóvil clásico – el más importante de Francia, similar a nuestro AutoRetro – será la ocasión ideal para que más público pueda apreciar sus líneas, pues muy probablemente será expuesto junto a los A110 y otros clásicos de la marca, con motivo de las celebraciones de su 60 aniversario. Como es lógico, no hay visos de verlo en producción.
Fuente: Renault
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