Una de las sorpresas del Salón de Ginebra ha sido el Renault Clio RS 220 Trophy EDC. Una versión aún más radical del Renault Clio RS, con una estética diferenciada, mayor potencia para su motor 1.6 turbo – ahora con nada menos que 220 CV – y en general una dinámica mucho más ajustada, orientada a los circuitos. Antes de su presentación, se rumoreaba que en vez de una caja de cambios EDC de doble embrague equiparía una caja de cambios manual. Al final no ha sido así y el Renault Clio RS Trophy sigue siendo automático, pero os podemos asegurar que Renault ha hecho todo lo posible para que no se note la ausencia de un tercer pedal. ¿Quieres saber cómo?
Una háptica mejorada y un mayor impacto visual
Los recorridos de las levas de cambio tras el volante se han acortado un 30%, y su tacto es un poco más duro. Esto consigue hacer sentir al conductor más implicado en la conducción, mediante una experiencia tan simple como el tacto. Pero no sólo presenta este cambio, es más rápida en sus cambios de marcha y reducciones: gracias a un recalibrado electrónico, es capaz de cambiar de marcha un 40% más rápido en los modos Norma y Sport, mientras que es un 50% más rápida en el modo Race. A nivel mecánico, su motor 1.6 turbo pasa de desarrollar 200 CV a 220 CV, pero el tercer pedal sigue ausente. Su hermano mayor – el Mégane RS Trophy – sigue siendo el vehículo de los puristas.
Aunque el Honda Civic Type R haya dado una ducha a todo el mundo con su tiempo en Nürburgring aún tenemos que ver de qué es capaz este pequeño en el trazado más exigente del mundo. Mientras tanto, en directo nos impresiona más que el modelo existente, gracias a un kit de carrocería más agresivo, unas nuevas llantas de 18 pulgadas y una suspensión rebajada en 20 mm. También su interior ha mejorado considerablemente y recibe un tono más agresivo mediante un nuevo volante o acabados en símil de fibra de carbono. Además, incorpora el Renault Sport Monitor con telemetría integrada para un control aún más preciso de nuestras excursiones al circuito.
Está por ver si su ausencia de cambio manual le pone en desventaja en un segmento donde el cambio manual se impone a las alternativas automáticas, aunque estas sean en general más eficientes y competitivas a un nivel puramente prestacional. Porque en ocasiones lo que nos importa es que las sensaciones sean lo más excitantes posible, y cuando se nos elimina el pedal del embrague una parte de nuestra implicación es necesariamente eliminada. Y cuando estamos en nuestro tramo de curvas favorito no siempre buscamos limar una décima de segundo de la siguiente curva: a veces sólo queremos divertirnos.
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