¿Tienes sed de poder? ¿Te gusta esclavizar a la población civil? ¿Eres un señor de la guerra? Tenemos el coche adecuado para tí. Un Mercedes Clase G – cómo no – que con una preparación de Mansory recibe el sobrenombre de Sahara Edition G-Class. Sí, es un Mercedes G 63 AMG cuyo diseño se ha inspirado en el desierto del Sahara y algún tipo de conflicto armado de los años 70, pues presenta una pintura de camuflaje de lo más kitsch. Excesivo a todos los niveles, en vivo en el Salón de Ginebra es un coche aún más estrambótico. ¿Quieres conocerlo más a fondo? Spoilers: los rifles Kalshnikov AK-47 dorados o el tigre real no son de serie, comprarlos es cosa del cliente.
Tormenta del desierto
No me refiero a la invasión de Iraq en 1991 por parte de Estados Unidos, seguimos hablando del Clase G. Su kit estético no deja de serie apenas una sola superficie de su exterior, incorporando un frontal trufado de entradas de aire, con una toma central sobre el capó que casi nos hace pensar en un dragster. El logotipo de Mansory reemplaza a la estrella de Mercedes-Benz, mientras que todo queda iluminado con unos focos de alta intensidad situados sobre el techo. Ya sabes, para iluminar las veladas nocturnas en el desierto con tus amigos los sheikhs. Un spoiler corona la zaga, pero apenas lo alcanzamos a ver dada la altura del coche, superior a los dos metros.
Llantas de hasta 23 pulgadas adornan un conjunto estético exterior que no pasa desapercibido, pienso que entre otros detalles por su pintura de camuflaje. En el interior del coche, el regusto del Medio Oriente sigue muy presente, con un tapizado en Alcantara en tonos claros de los asientos, molduras, volante y realmente toda superficie que era posible tapizar. El blanco se funde con un verde muy claro, presente en la instrumentación, en la consola central o en el volante, también con detalles de camuflaje. Teniendo en cuenta que quien tenga un coche así va a encargar su limpieza a un tercero, no deberíamos preocuparnos del hecho de que sean colores sucios.
La verdadera fiesta está a nivel mecánico. El Mercedes G 63 AMG ya es un coche suficientemente radical en su versión de serie, con 544 CV montados sobre una plataforma creada a finales de años 70 del pasado siglo para uso militar. Mansory ha decidido que su potencia era escasa, por lo que han añadido algo menos de 300 CV adicionales. El incremento de potencia llega a los 828 CV, con los que este todoterreno debería ser capaz de rivalizar con un Mig-29 en aceleración, al menos durante unos cientos de metros. El par del 5.5 V8 Biturbo se queda en unos modestos 1.000 Nm, necesarios para salvaguardar la integridad física de la caja de cambios del coche.
Fuente: Carscoops
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