Nuestro gozo entero en un pozo. Hace unos días alucinábamos con el trabajo de Henrik Fisker, el Thunderbolt, un Aston Martin con un nuevo trabajo de carrocería que no aspiraba ocultar sus orígenes, ocultar su naturaleza Aston Martin, pero sí apasionarnos y conquistar a posibles clientes con una interpretación aún más agresiva y moderna que la llevada a cabo por los propios productos recién presentados por la marca británica. Pero la respuesta de Aston Martin no ha tardado en llegar. Para ellos es una «copia no autorizada» de sus deportivos y por ello han puesto a trabajar a sus abogados y han presentado una demanda en los juzgados de Los Ángeles. ¿Copia no autorizada? ¿Homenaje? ¿Preparación?
Aston Martin cree que Henrik Fisker ha calcado las claves estéticas de su marca con pequeñas variaciones, incluyendo las branquias en las aletas delanteras. En principio, recordemos, esto era tan solo un ejercicio de diseño, pero tras su presentación comenzó a ganar fuerza la posibilidad de que llegara a distribuirse en una tirada muy limitada. Incluso se estarían atendiendo reservas en el distribuidor Galpin Aston Martin de California, hablando de cifras en torno a los 400.000 dólares, casi 370.000€ según el cambio actual.
Otro dato que merece la pena recordar. Henrik Fisker fue director de diseño de Aston Martin entre 2001 y 2003.
Aston Martin añade aún más polémica y asegura que cualquier filtración que apuntase a que debajo del Thunderbolt se esconde un V8 Vantage o un Vanquish, es simplemente una falacia, un nuevo señuelo para ganarse el interés de los compradores. La marca británica cree que el coche que ha servido como base para crear este modelo, de momento conceptual, ha sido un DB9 o un DBS.
En resumidas cuentas, Aston Martin cree que existe «mala fe» en el intento de Henrik Fisker por aprovecharse comercialmente del atractivo de la marca Aston Martin y de las claves estéticas que la definen. El hecho de que en su día Henrik Fisker fuera responsable de diseño de la marca no le daría derecho a hacer una utilización ilícita de la imagen de esta.
Por lo tanto, no parece que Aston Martin crea que esto es un mero trabajo de preparación, y aún menos un homenaje, sino un uso ilícito de su imagen para beneficio del propio Henrik Fisker. El mismo que en su día levantó la marca Fisker Automotive, y creó el Fisker Karma, proyecto que se iría a pique con la quiebra de su proveedor de baterías, A123.
En fin, Henrik Fisker quizás deba guardar el Moët & Chandon para otro día.
Fuente: Automotive News
En Diariomotor: El elegante Thunderbolt de Henrik Fisker nos hace soñar con su vuelta a Aston Martin