Ford ha apostado por una estrategia sencilla, pero a la vez interesante, para cubrir las necesidades de una gama que requería actualizarse, replicar la imagen, tecnología y motores del nuevo Mondeo. El Ford C-MAX 2015 es un monovolumen que afronta ya el lavado de cara de esta su segunda generación. A día de hoy Ford presume de uno de los monovolúmenes más populares en España, y afianzar esa posición en el mercado requería, como mínimo, mejorar su dotación tecnológica, una revisión de motores y, sobre todo, hacer que su diseño transmita todos esos cambios que ha recibido este modelo, cambios que no siempre apreciaremos a simple vista. Nosotros ya lo hemos probado – como también os hemos hablado de su hermano mayor en la prueba del Ford S-MAX – y por eso queremos desgranarte las novedades del actualizado Ford C-MAX.
No olvidemos que la gama Ford C-MAX sigue articulándose sobre dos líneas bien definidas. La línea C-MAX nos presenta un monovolumen compacto de cinco plazas. La línea Grand C-MAX aboga por puertas laterales correderas, un maletero más amplio y dos plazas adicionales en una socorrida tercera fila de asientos. Aún así no pienses que el Grand C-MAX es un siete plazas al uso, sino más bien un cinco plazas con dos plazas adicionales para un uso muy ocasional, o para niños pequeños.
En lo estético, ya ves que no hay grandes sorpresas. El Ford C-MAX recurre a la imagen de marca por la que ha abogado Ford desde hace unos años, la que inauguró la nueva generación de Mondeo en su estreno como Ford Fusion en Estados Unidos. Esta filosofía de diseño, con una parrilla prominente, con formas trapezoidales y con una gran semejanza, que me temo no es casual, con la que otrora fuera marca de Ford, Aston Martin, genera opiniones encontradas. Pero a mi juicio casa bien con esa imagen que quiere transmitir Ford de una marca homogénea, aunque por su frontal cada vez nos vaya a costar más diferenciar entre unos modelos y otros.
Más allá del aspecto más destacado, el de su parrilla, la gama Ford C-MAX y Grand C-MAX también ha recibido otras mejoras que quizás pasen más desapercibidas. El portón trasero también se ha renovado, con una nueva integración para los pilotos traseros.
Más allá de todo eso, tenemos nuevos detalles, como la forma en que Ford ha ocultado los limpiaparabrisas bajo el capó, nuevos juegos de llantas y nuevos acabados de pintura, como el Rojo Rush (el que ves en estas imágenes) y el gris Caribou.
Me congratula sobre todo que los nuevos Ford C-MAX y Grand C-MAX hayan recibido un nuevo equipo de entretenimiento SYNC 2 con pantalla de 8 pulgadas. No solo porque este sistema aporta un buen número de funciones, y mucho más completas, con respecto a los sistemas utilizados hasta la fecha. Sino también porque aporta mucho a la imagen general de su habitáculo.
Como curiosidad, Ford ha mejorado bastante sus sistemas de reconocimiento de voz, hasta el punto de que ahora es capaz de guiarte hasta un restaurante, y que elijas que tipo de comida te apetece, con tan solo decirle a tu coche «tengo hambre». La verdad es que el sistema de reconocimiento de voz funciona a la perfección, nada que ver con aquellos sistemas primigenios (el famoso V2C) que equipaba la primera generación de C-MAX.
En cuanto a materiales y ajustes, el Ford C-MAX sigue estando en una posición muy correcta dentro de su categoría. Existen materiales menos ostentosos y acabados mejorables en el área de la consola central, pero en general los ajustes son buenos y se aprecia un pequeño paso adelante en esta actualización.
Una de las novedades más importantes que estrenarán los nuevos Ford C-MAX y Grand C-MAX, será la introducción de una nueva gama de motores diésel y gasolina. En esta primera prueba ya hemos podido catar dos alternativas que probablemente no vayan a ser las más demandadas en España, pero que a mi juicio sí son muy interesantes, especialmente para el que busque un compacto enérgico y holgado de potencia. Para ellos, tanto el 2.0 TDCI de 150 CV, como el nuevo 1.5 ECOBOOST de 150 CV (o 182 CV), se erigen como dos opciones igualmente interesantes. Pero la pregunta que nos hacemos es la siguiente, ¿cómo nos lo llevaríamos, diésel o gasolina? De eso os hablaremos más adelante.
Antes de hablaros de motores me gustaría hablaros de dinámica. Esta segunda generación de Ford C-MAX supuso un salto cualitativo con respecto a su predecesor. A la hora de comprar un monovolumen, dudo mucho que la agilidad y el buen tacto en su conducción vayan a ser las prioridades del cliente. Pero, aún así, el Ford C-MAX es a mi juicio el monovolumen compacto más ágil y que más confianza me ha aportado en la conducción, ya fuera para mantener cruceros de autopista, o para desviarme por una carretera de curvas, de montaña.
El primer aspecto que aporta tanta confianza es el tacto de la dirección, bastante preciso y fiable, incluso teniendo en cuenta que el puesto de conducción del C-MAX es antideportivo por naturaleza. La base del asiento, incluso en su posición más baja, ya se sitúa en una posición muy elevada, de manera que el ángulo que dibuja nuestra espalda, con nuestras manos sobre el volante y los pies sobre los pedales, es más propio de un SUV que de un turismo, más propio de un Kuga que de un Focus.
El segundo aspecto, el de haber encontrado un tarado de suspensiones muy equilibrado, en un punto que hace que los obstáculos se absorban con efectividad, y que permite controlar y mantener a raya los balanceos. Según Ford, en esta actualización se ha buscado un tarado incluso más firme, pero sinceramente no podría aseguraros que esa mejora – o ese posible handicap para el confort – se aprecien tan claramente.
El tercer aspecto pasaría por un recalibrado de los amortiguadores, que busca precisamente aumentar la sensación de control y reducir ruidos parásitos, chirridos y repiqueteos provedentes del bacheado y las irregularidade sdel asfalto.
Por último, pero no por ello menos importante, hablemos de la tecnología del Ford C-MAX. Se ha mejorado el sistema de aparcamiento asistido – con la posibilidad de aparcar en perpendicular – y también el sistema de frenado en ciudad, que evita y atenúa colisiones a velocidades de hasta 50 km/h.
Gracias a la instalación de nuevos sensores ultrasónicos traseros, el Ford C-MAX también puede gozar de dos nuevos sistemas:
* Alerta de tráfico cruzado: te avisa cuando sales marcha atrás de una plaza de aparcamiento sobre la aproximación de vehículos.
* Asistencia de salida de aparcamiento: el mismo sistema que te ayuda a aparcar, te ayudará a realizar las maniobras para salir del aparcamiento. Evidentemente, salir de un aparcamiento es una maniobra extremadamente sencilla, pero dado que su implementación no requería demasiados esfuerzos, Ford ha optado por añadir esta función.
No te vayas muy lejos, en el próximo artículo os quiero hablar un poquito más acerca de motores y más concretamente de las alternativas diésel y gasolina de 150 CV.
En Diariomotor: Ford S-MAX 2015, a prueba: ¿de verdad es tan deportivo como nos cuentan?