Con semejantes credenciales se nos presentan los primeros datos del sucesor del Bugatti Veyron. El proyecto se denomina Chiron, que es el nombre que podría tener el reemplazo del Bugatti Veyron, la obra maestra del desposeído Ferdinand Piech. Inquinas corporativas aparte, Bugatti rescata una denominación ya clásica y se comienzan a filtrar los datos de un hiperdeportivo que tiene una tarea titánica por delante: demostrar que está a la altura de su predecesor. Los hiperdeportivos de 1.500 CV ya están a la orden del día, el Veyron creó el segmento hiperdeportivo cuando fue lanzado.
Sus primeras credenciales comienzan a filtrarse, y de momento no nos dejan indiferentes.
Más potente, más eficiente y mucho más rápido
Los datos sobre el Bugatti Chiron son escasos. Aunque se basará en la arquitectura del Veyron, más del 90% de las piezas serán de nueva factura. Parece ser que el propio Ferdinand Piech – impulsor del proyecto original – mandó al Chiron en más de una ocasión de vuelta al tablero de diseño. No obstante, el Grupo Volkswagen no estará dispuesto a perder de nuevo 5 millones de euros por Bugatti vendido, y menos tras la salida de Piech, por lo que es de esperar una cierta conexión con el Veyron a nivel de arquitectura. Se da casi por hecho que seguirá empleando un motor W16, evolución del actual propulsor, dotado de cuatro turbocompresores.
Se rumoreó durante un tiempo el uso de un motor de 14 cilindros, pero esta teoría está prácticamente descartada. El Bugatti Chiron posiblemente retenga el propulsor del Veyron, pero fuertemente mejorado con una serie de medidas destinadas a reducir el consumo de combustible de la bestia. Mediante la desactivación parcial de los cilindros, la inyección directa de combustible y el uso de turbocompresores eléctricos se pretende lograr un consumo medio de unos 20 litros a los 100 km. Sigue siendo un consumo monstruoso, pero será notablemente inferior al del Veyron: a plena carga, el Veyron se bebía los 100 litros de gasolina de su depósito en 8 minutos.
No tiene sentido hablar de eficiencia ni de emisiones con un coche así, realmente la imagen del Grupo Volkswagen es lo que cuenta. Sí tenemos el dato de potencia: 1.500 CV. Una cifra que le posiciona por encima de cualquier oferta hiperdeportiva actual, y al nivel de cierto Koenigsegg enchufable. El Chiron seguirá empleando la tracción total permanente y no parece que vaya a hacer uso de la hibridación, aunque podría emplear alguna solución microhíbrida como la desconexión del motor en paradas. Donde sí nos impresionará es en sus prestaciones, donde el Chiron promete dar un puñetazo sobre la mesa. El primer dato: 0 a 100 km/h en 2,0 segundos.
Cifras de monoplaza de Fórmula 1, a los que duplica en potencia por otra parte. Segunda cifra: velocidad máxima de 464 km/h, por encima de cualquier registro conocido en un coche de calle y ciertamente cercana a los 500 km/h. Parad a pensarlo un momento. Será más de 30 km/h más rápido que el Bugatti Veyron Super Sport. Y de nuevo, el Chiron reinará en cuanto a precio y exclusividad, prometiendo al mismo tiempo una calidad de construcción excelsa y un uso fácil en el día a día. Pensad en un Veyron actualizado. Lo único que me preocupa es que quede rezagado con respecto a una competencia que se ha puesto las pilas a pasos agigantados.
El Chiron tiene mucho que demostrar, y mucho más trabajo por delante del que el Veyron tuvo en su momento.
Fuente: CAR
En Diariomotor: Volkswagen pierde casi 5 millones de euros en cada Veyron | Historia del Bugatti Veyron