La ciudad es la jungla, y es el campo de batalla de los fabricantes de motocicletas de octavo de litro. El segmento scooter aglutina tres cuartas partes del mercado español de motos, y la gran mayoría de dichas tres cuartas partes son motos de 125 cc, pilotables con el carnet de coche convalidado. Es un segmento tremendamente competitivo en el que Honda ha sido tradicionalmente la reina. Aunque la moto más vendida de 2014 fue la Kymco Super Dink 125i, los puestos segundo y tercero se los han adjudicado la Honda Scoopy SH125i y la Honda PCX. Entre la Scoopy y la PCX se han sumado 10.000 motos en 2014 y son la columna vertebral de la scooter Honda en España.
A apenas unas pocas unidades de diferencia, la Honda PCX se posiciona como una de las superventas de 2015 gracias a una alta relación calidad-precio y una enorme carga tecnológica. Vamos a comprobar si es oro todo lo que reluce.
Un scooter del Siglo XXI con técnica renovada
La Honda PCX fue lanzada hace unos 4 años, y a mediados del año pasado se renovó en profundidad. Se trata de una scooter convencional, pero con un componente tecnológico muy superior a sus rivales. Comparte motor de 124 cc con la Scoopy, pero de eso os hablaremos un poco más tarde. Veréis durante todo el artículo que es complicado dejar de comparar a la PCX con su hermana mayor, ya que conviven en el mercado como alternativas complementarias, pero en el fondo muchos compradores las toman como rivales. La Honda Scoopy es una scooter de rueda alta y piso plano, un gran aliciente de cara a la comodidad y a la estabilidad en marcha, con un comportamiento casi de moto.
La Honda PCX no tiene el fondo plano, porque alberga en la parte baja de la moto el depósito de combustible. El asiento es algo más bajo – 760 mm, muy natural y cómodo – y sus ruedas son de 14 pulgadas, a caballo entre una scooter de rueda pequeña y una scooter de rueda grande. Tiene unas ruedas relativamente estrechas, 100 mm de sección en el eje trasero y 90 mm en el eje delantero. Su carácter es más urbano sobre el papel que el de una Scoopy, pero ya matizaremos esta afirmación en su prueba dinámica. Lo que no podemos negar es que su batalla de sólo 1.315 mm y su tamaño compacto favorece su agilidad en el tráfico urbano.
Con un peso de sólamente 130 kg, es una moto muy sencilla de mover, apenas cuesta esfuerzo. El hecho de pode apoyar ambos pies en el suelo mientras estamos sentados es también de agradecer. La parte ciclo de la Honda PCX 125 ha sido renovada casi al completo y está en línea con la última tecnología de Honda. El protagonista de la fiesta es su motor eSP – enhanced Smart Power – que comparte con la SH125i. Un monocilíndrico refrigerado por agua cuya potencia es de 11,8 CV a 8.500 rpm. No nos dejemos engañar por su potencia, la clave de este motor está en su ahorro de combustible: su consumo homologado es de sólamente 2,0 l/100 km.
Una cifra impresionante que es muy real, como comprobaremos en la prueba dinámica que haremos en breve. Este propulsor aplica el mundo de la moto las mejoras en eficiencia logradas por los coches en los últimos años. Las partes móviles tienen una muy baja fricción, el pistón emplea un diseño ligero y los balancines – también conocidos como árboles de levas en el mundo del automóvil – se ha diseñado con el objetivo de ofrecer la menor resistencia mecánica. La bomba de agua se integra en la culata, consiguiendo al mismo tiempo un diseño muy compacto. Este pequeño motor ya cumple la normativa Euro4 de motos, antes de que se exija a la totalidad de la industria.
La Honda PCX estrena un sistema Idling Stop de desconexión automática del motor en paradas. Heredado del automóvil, reduce el consumo enormemente en recorridos urbanos, donde aproximadamente el 20% del tiempo la moto está parada, consumiendo combustible. Gracias a una batería de mayor capacidad – el modelo YTZ8V – y un nuevo sistema de gestión electrónica de su carga, el Idling Stop no se activará si la carga no lo permite. ¿Sufre el motor de arranque? No, porque la Honda PCX no tiene motor de arranque. Honda ha fusionado el motor de arranque con el alternador: un arranque sin escobillas, mediante la inducción, hace que el motor se ponga en marcha sin ruido, sin vibraciones.
El resto de la parte ciclo de la Honda PCX no nos sorprende: doble amortiguador trasero ajustable en precarga y una horquilla convencional delantera, de 31 mm. En la rueda trasera monta un freno de tambor, mientras que la rueda delantera sí va abrazada por un freno de disco de 220 mm. La moto tiene un sistema CBS de frenada combinada, muy útil de cara a la seguridad. No obstante, no tiene ABS ni puede equiparlo opcionalmente, el único pero que puedo poner al sistema de frenado de esta moto, eminentemente urbana. Para su peso y prestaciones, un disco de freno trasero no es necesario, y un tambor abarata los costes finales considerablemente.
Aspecto tecnológico y futurista
La Honda PCX es una moto de aspecto futurista. Su renovación hace que su estética mejore de manera considerable: ya no tiene aspecto «barato» o «plastiquero». La parte más rediseñada ha sido el colín, ahora más afilado y con una óptica trasera 100% LED. Aunque da la impresión de ser una moto pequeña – y lo es, pero con un espacio muy bien aprovechado – es una máquina con empaque. El manillar cromado, una instrumentación sencilla pero elegante, un asiento fino… detalles que otorgan a la PCX un aspecto elegante. Y no nos podemos olvidar de su mirada full LED: es una de las pocas scooter en disponer de ópticas de diodos completas, que dan una luz muy natural y un aspecto muy futurista a la montura, con su tamaño y aspecto afilado.
El parabrisas que monta nuestra unidad no es de serie, es un extra oficial de unos 150€ de precio. Es recomendable si vamos a hacer trayectos interurbanos con frecuencia, pues de serie apenas monta una pequeña cúpula, que nos protege muy levemente del viento. La Honda PCX no tiene fondo plano, al igual que por ejemplo la Suzuki Burgman. Hablaremos de comodidad y ergonomía en la segunda parte, pero os garantizo que no se echa de menos un fondo plano, porque ganamos en espacio bajo el asiento, vital en una moto de este tamaño. Aunque el tubo de escape no sea objeto de mi devoción, sí lo es la pintura en color gris mate espacial, preciosa bajo la luz del sol y muy sufrida.
En la segunda parte nos ponemos en marcha y os hablamos de su practicidad. ¡No os alejéis!
En Diariomotor: Honda Scoopy SH300i: renovación para un producto ganador