¿Qué demonios hace ese motor V12 en el vano motor de un Chevrolet Caprice? Es una historia relativamente desconocida, y quizá no pase de curiosidad histórica, pero merece la pena que la recojamos en Diariomotor. A finales de los años 80 General Motors se había quedado atrás con respecto a su competencia extranjera – salvo en máquinas excepcionales como el Buick GNX – y el departamento de ingeniería se rompía la cabeza para que GM recuperase su posición en el mercado. En una berlina full-size como el Caprice, se montó un motor V12 de BMW para probar diversas tecnologías y por qué no, hacer un poco de ingeniería inversa. ¿Qué tramaba General Motors?
El Chevrolet Caprice nunca fue un coche muy refinado. Con una plataforma que data de finales de los años 70, se estuvo fabricando hasta entrados los años 90. A finales de los años 80, comenzaba el desarrollo de un nuevo Caprice y una de las mejoras que se trataban de implementar era de cara al refinamiento. A los ingenieros de General Motors se les ocurrió que un mayor número de cilindros podría solucionar las vibraciones y el sonido de los V8 de más de cinco litros de cilindrada que equipaban los Caprice.
Como el vano motor del Caprice era más que espacioso, se optó por el 5.0 V12 de un BMW 750iL, que en 1988 había sido recién lanzado. Ya que BMW no les iba a vender directamente uno de sus motores, General Motors compró un BMW 750iL y procedió a instalar su motor bajo el capó del Caprice, tapando un poco los logotipos de BMW con cinta aislante de color negro. Este motor desarrollaba 300 CV en el lejano 1988, además de un enorme par motor que superaba a cualquier propulsor ofrecido por la gama Caprice en aquellos momentos.
No está claro el porqué, pero finalmente Chevrolet no optó por montar motores de doce cilindros en su siguiente generación de vehículos full-size. Pienso que posiblemente el coste y la potencial merma de fiabilidad habrán tenido mucho que ver en ello. Otro de los sistemas que Chevrolet probó cuando instaló el motor 5.0 V12 de BMW en el Caprice fue el sistema drive-by-wire. El BMW 750iL fue el primer vehículo de su momento en montar un acelerador electrónico – hoy un estándar global en vehículos de cualquier categoría – y Chevrolet quería aplicarlo a sus propios vehículos.
Era una tecnología que General Motors no tenía, y las investigaciones realizadas sobre el Caprice LS tan discreto de las imégenes fueron las responsables de que el Chevrolet Corvette C5 equipase por primera vez un acelerador electrónico como primicia a nivel de grupo. Tras estos experimentos, se comenta que General Motors achatarró la mula junto a otros vehículos destinados a la investigación y la ingeniería inversa. La revista Hot Rod Magazine tuvo acceso a este Caprice antes de que fuese aplastado por una gigantesca prensa hidráulica.
Fuente: Web Archive
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