Un nuevo récord a Nürburgring. Parece ser noticia semanal en Diariomotor, pero en esta ocasión es bastante diferente. Se trata de un récord en el Infierno Verde con un sistema de propulsión que usa como combustible el hidrógeno. El Forze VI es un monoplaza de competición creado por 50 estudiantes de ingeniería de la universidad holandesa Tu Delft. Basado en el chasis de un Caterham Seven, el monoplaza que han creado ha logrado dar una vuelta al Nordschleife en menos de 11 minutos. Y aunque parezca un tiempo muy alto, es todo un logro.
El equipo se propuso demostrar que el hidrógeno puede ser una fuente alternativa de propulsión, una realidad en el mundo de la competición. Son sus primeros pasos y es un equipo compuesto por estudiantes, pero un tiempo de 11 minutos es más rápido de lo que pensamos, y requiere además un piloto con cierta experiencia. Las similaridades con el Seven empleado como base terminan en el chasis, pues para empezar los ingenieros lo han dotado de una carrocería de fibra de vidrio y un sistema de propulsión por célula de combustible de última generación.
Dos tanques de alta presión albergan 6 kilos de hidrógeno, a 350 bares de presión. Mediante su mezcla con el oxígeno – con un sistema de aire capaz de introducir 5.000 litros de aire por minuto en la célula de combustible – se genera electricidad, que es empleada para mover las ruedas. La potencia máxima del sistema es de 258 CV, lo que le permite hacer un 0 a 100 km/h inferior a los cuatro segundos y alcanzar una velocidad máxima de 210 km/h, limitada realmente por el desarrollo de la única marcha adelante del motor eléctrico.
El hidrógeno almacenado en el coche le permite funcionar a plena potencia durante media hora, suficiente para dar tres vueltas al Infierno Verde, recorriendo una distancia aproximada de 60 km. La recarga de los tanques de alta presión sólo ocupa tres minutos, un tiempo similar al repostaje de un coche de gasolina, con evidentes beneficios en tiempo frente a la recarga de unas baterías en un coche eléctrico. El coche ha sido concebido para competir en eventos de pequeña escala con coches propulsados por gasolina , y ser una alternativa real a ellos.
El Nordschleife es un ritual de madurez que cualquier coche de competición debe pasar, por lo que era imprescindible para el Forze VI dar una buena imagen. Para lograr un tiempo inferior a los once minutos en las 73 curvas de las que se compone uno de los circuitos más duros del mundo recurrieron a Jan Lammers, ex-piloto holandés de Fórmula 1.
Fuente: Carscoops
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