Probablemente fuera una de las noticias más comentadas de la semana pasada. Lamborghini lanzará un SUV. Es oficial. Se acabaron los rumores. Ya tiene fecha de lanzamiento, 2018. Sabemos que se producirá en Sant’Agata, haciéndose responsable de una de las mayores expansiones de la fábrica de Lamborghini que jamás hayamos visto. E incluso sabemos que será, con diferencia, el modelo más vendido de Lamborghini. ¿Cómo lo ves? ¿Es un error histórico, o una oportunidad única para Lamborghini? He aquí 5 cuestiones que, como mínimo, han de hacernos reflexionar acerca de la idoneidad de apostar por un SUV en Lamborghini en estos momentos.
1. Porque ahora podrás tener un Lamborghini, ahora sí, hasta para hacer la mudanza y amueblar tu casa en Ikea. ¿En cuántos escenarios te hubieras visto en un Lamborghini hasta ahora? Paseando por la ciudad, faltaría más; tal vez en unas tandas en circuito; o saliendo a disfrutar de una buena carretera con los amigos. Seguro que también te habrás imaginado en una escapada de fin de semana viajando con – ponga aquí el nombre de la modelo (o el modelo) que más le guste. Pero piensa que un Aventador o un Huracán son superdeportivos con espacio para poco más que una escapada de fin de semana y con poco equipaje.
Un SUV abriría ante los clientes de Lamborghini un mundo de posibilidades. Viajar con los niños, ir a recogerlos al cole, hacer la compra, etcétera. El SUV de Lamborghini, por prestaciones y precio, seguirá siendo una alternativa exclusiva y fuera de toda lógica, pero estoy convencido de que causará menos problemas conyugales que Huracán y Aventador y, ante todo, estará más alejado del cliché de soltero vividor que con más o menos fortuna ha perseguido a estos deportivos.
2. Porque así de rápido puedes hacer que tu marca, Lamborghini, duplique sus ventas. ¿Acaso ha sido el Porsche Cayenne, y su hermano pequeño el Macan, un error para los de Stuttgart? Ni mucho menos. Los SUV hicieron que Porsche multiplicase sus ventas y alcanzase unas cifras espectaculares. De alguna manera podría decirse que Cayenne y Macan están asegurando el futuro de modelos tan deseados como 911, Cayman y Boxster, que en Stuttgart se vuelvan locos y de vez en cuando nos deleiten con bestias como el GT3 R, el 918 Spyder, o el GT4. Podemos aseguraros que a partir de 2018 Lamborghini será una marca nueva, con un Huracán, un Aventador, y un SUV, así como el doble de ventas.
Pero, ¿no creéis que de cumplirse las expectativas de la marca, de duplicar sus ventas gracias al SUV, lograrán mejores márgenes de beneficio que harán que Lamborghini esté mucho más predispuesta a proyectos más atrevidos? Pensemos en otras posibilidades de las que hemos hablado en los últimos años, en un deportivo más asequible, en un GT, o incluso un sedán de altos vuelos. ¿Y si este SUV fuera el catalizador de todos esos proyectos?
3. Por morbo, por puro morbo. Con puertas de tijera o sin ellas, hasta ahora subir a un Lamborghini exigía un ejercicio de contorsionismo, agacharte y lanzarte sobre un asiento, casi de competición, para tirar de la puerta, bajarla y cerrarla. Desconocemos si Lamborghini logrará integrar este tipo de puertas en un SUV. Pero podemos garantizar que la experiencia de subir a bordo de un Lamborghini será completamente diferente a partir de ahora. Y eso hace que sintamos un irrefrenable deseo por imaginarnos a los mandos de uno de los productos más peculiares que vayamos a conocer en los próximos años.
4. Porque será su ocasión de demostrar si de verdad son capaces de hacer el súper-SUV. Ni tan siquiera el más potente y deportivo de los Cayenne puede clasificarse como un súper-SUV. Hemos visto y probado diferentes todocamino muy potentes y rápidos pero, aún así, jamás se nos ocurriría encasillarlos como verdaderos deportivos. Con el SUV de Lamborghini la situación es bien diferente. ¿Con qué nos sorprenderán en Sant’Agata? ¿Será verdaderamente ágil y dinámico? ¿Cuántos cilindros tendrá su motor? ¿Diez, doce, solo ocho? ¿Será híbrido?
5. Porque Ferrari, para bien o para mal, se te han adelantado. Aunque hayamos escuchado tantos rumores, como desmentidos, acerca de un SUV Ferrari, no hace falta en que insistamos en el hecho de que esa es una posibilidad que sigue estando en el aire. Hace unos años Ferrari se planteaba acotar su crecimiento, vender menos coches para preservar su exclusividad y aún así obtener más beneficios, pero la marcha de Montezemolo probablemente significará la búsqueda de nuevas oportunidades, nuevos nichos de mercado en los que crecer. El Ferrari FF ya supuso un antes y un después en el cavallino rampante, ofreciendo muchas posibilidades que hasta entonces jamás hubiéramos soñado en un Ferrari, ni tan siquiera en sus GT y sus berlinettas.
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