Quién esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Sinceramente es algo que yo no podría hacer. He conducido con chanclas y me gusta. En verano llega el calor, sofocante en muchas zonas de España, y existen pocas cosas tan placenteras como salir en chanclas y en pantalones cortos. El problema es que el calzado es una cuestión importante, e incluso crucial, me atrevería a decir, para nuestra seguridad en la carretera. Y aunque no exista norma expresa que prohiba conducir con chanclas, pero sí de manera indirecta, no hay excusa para ponernos al volante con un calzado inapropiado, ya sea con chanclas, tacones, o unas botas que limitan nuestros movimientos. Como tampoco es excusa que el trayecto sea corto, de la piscina a casa, o por un tramo «sin peligro», como las calles de nuestra ciudad.
¿Cuándo se convierte en un peligro nuestro calzado? Difícilmente se puede hacer una generalización acerca del calzado. Tal vez por eso en el Reglamento de Circulación no exista una norma expresa que nos lo prohiba. El peligro llega cuando el calzado limita nuestra movilidad, o puede soltarse haciendo que no tengamos margen de reacción para pisar el freno, resbale, o incluso se nos quede enganchado en el pedal.
Es por eso que entra en juego el sentido común. Existen chanclas, de tipo sandalia, con sujeción en el tobillo, que pueden ser tan cómodas y seguras para conducir como unas zapatillas deportivas. El mayor peligro probablemente esté en la típica chancla de piscina, con una única sujeción en los dedos. Quizás no tengamos la impresión de que nuestro pie resbala y se suelta de la chancla, pero por eso hemos de preguntarnos: ¿sería capaz de efectuar una frenada de emergencia con la misma rapidez que con unas zapatillas o un mocasín? ¿Podría garantizar que la chancla no se me soltará del pie al efectuar esa maniobra?
¿Y qué dice el Reglamento General de Circulación?
Capítulo III. Artículo 17.
1. Los conductores deberán estar en todo momento en condiciones de controlar sus vehículos
o animales.Capítulo III. Artículo 18.
1. El conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el
campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia
seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía. A estos
efectos, deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto
de los pasajeros, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya
interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos.
¿Me pueden multar por conducir con chanclas?
Incumplir estos artículos por un calzado inapropiado es equivalente a manipular el móvil o un reproductor de vídeo o DVD en marcha, por poner algunos ejemplos.
No conozco ni un solo caso en el que alguien haya sido sancionado por conducir con chanclas, aunque exista alguna fugaz mención en internet (bendito Google) al respecto, sin más datos que nos permita contrastarlo y asegurar que tal sanción ha existido. Por otro lado, un agente de la Guardia Civil no será capaz de ver que conducimos con chanclas salvo que bajemos del coche, ya sea en un control rutinario, o tras un accidente. Y es aquí donde precisamente entraría el juicio del agente para determinar si el calzado que utilizamos es el apropiado para cumplir con lo que determinan los artículos 17 y 18, o no.
Conducir con chanclas es un hábito que también depende, y mucho, de la región en la que vivas. En 2013 se presentaba un estudio de CEA en la que determinaron que en las regiones del norte un 7% de los consultados reconocía haber conducido en chanclas o descalzo, mientras que en el sur esa cifra aumentaba hasta el 13%.
Y las chanclas, como tales, no son las únicas precauciones que hemos de tener este verano. Si al uso de chanclas se une la playa, la piscina, o un río, pies y suelas mojados, la combinación es – como mínimo – terrible para que nos pongamos a conducir de esta guisa.
El consejo
Resulta altamente recomendable llevar siempre un calzado de recambio en el maletero de nuestro coche. No es nada vergonzoso. Y de hecho es algo muy común, en conductores que utilizan chanclas habitualmente, o señoritas que han de acudir al trabajo en tacones. No es necesario demostrar a nadie que eres capaz de conducir con tacones o chanclas, sino que tu conducción sea segura. Un servidor, que por trabajo estoy acostumbrado a conducir, mucho, y con diferentes coches, también tiene su calzado predilecto para conducir, el que le resulta más cómodo, seguro y le ofrece mejor tacto de los pedales.
Fotografías: Havaianas | Peugeot | Jaguar
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