Increíble pero cierto. Lo que ves es el ST, o el RS, de las Ford Transit. Una furgoneta deportiva, al menos en cuanto a estética, y con genes de World Rally Car. Sin ir más lejos, ha sido creada por la colaboración entre el preparador de furgonetas Van Sport y M-Sport, el preparador de los Ford Fiesta WRC dirigido por Malcolm Wilson, que otrora fuera director del equipo oficial de Ford. Lo que ves es la Ford Transit M-Sport, una versión de estética deportiva de la Transit Custom, el vehículo comercial del óvalo azul. Una edición limitada, a modo de homenaje, para conmemorar los cincuenta años del emblema Transit.
Por sorprendente que resulte, esta edición especial tan loca se comercializará en Reino Unido, desde 26.995 libras (casi 38.000€), antes de impuestos. A nivel mecánico no habrá ningún cambio y mantendrá su motor diésel Duratorq TDCI 2.2. Las novedades más importantes serán las que afectarán a su dinámica, en tanto ha recibido importantes mejoras en su chasis, y a su estética, como salta a la vista en estas imágenes.
Probablemente lo más destacado sean sus llantas OZ Racing de 18″, con neumáticos Michelin Primacy 3 de medidas 245/45 R18, y su chasis rebajado 27 milímetros delante, y 30 milímetros detrás, con componentes Eibach.
A nivel estético también destacan su agresivo parachoques delantero, las extensiones en los bajos y el parachoques trasero con difusor y cuatro salidas de escape.
A bordo también ha recibido un nuevo volante, que para sí ya quisiera un Focus RS, y una instrumentación deportiva. También cuenta con asientos tapizados en piel con el emblema M-Sport serigrafiado en los respaldos, una placa con el número de edición limitada y otros muchos detalles que harán las delicias de los repartidores más racing.
Estará disponible en dos tonos, Magnetic Grey (gris) y Frozen White (blanco), y opcionalmente podrá reservarse con los adhesivos que muestra en estas imágenes.
¿Una locura? Tal vez…
Fuente: M-Sport | Vans Sport
En Diariomotor: Mercedes-AMG Sprinter 63 S V8 biturbo de 500 CV: demasiado bestia para creérselo