Alpina celebra durante estos días su cincuenta aniversario. Alpina es más que un preparador: aunque realiza modificaciones sobre vehículos BMW, su trabajo es exclusivo para los bávaros y tiene estátus de fabricante. Todas las preparaciones tienen garantía oficial de BMW, pero sus productos son mucho más distinguidos y exclusivos. Un nombre que no se puede disociar de BMW o las altas prestaciones. Pero hubo una época en la que tonteó con Audi y Opel… e incluso estuvo a punto de ser comprada por Jaguar.
¿Os imagináis un Jaguar XJ preparado por Alpina?
La historia de Alpina y BMW comenzó a mediados de los años 60, cuando decidieron que era buena idea incrementar el rendimiento de un modesto BMW 1500, acoplándole un carburador Weber de doble cuerpo. Gracias a su experiencia en competición y varias preparaciones adicionales, Alpina comenzó a cooperar de forma estrecha con BMW a finales de los 70. Y desde entonces ha sido una relación exclusiva, y beneficiosa para ambas partes. Varios Alpina se han convertido en las versiones más deseadas de por ejemplo el primer Serie 3.
El buen hacer de Alpina en la carretera y en los circuitos no pasaba desapercibido. Pronto empezaron a salirle novias a la empresa regentada por Burkard Bovensiepen. Ha sido precisamente durante este cincuenta aniversario cuando han salido a la luz, en un libro que el propio fabricante ha publicado, haciendo una interesante crónica de los hechos. Bovensiepen siempre escuchaba propuestas, pero supo siempre jugar sus cartas impecablemente. A mediados de los 70, Alpina estaba en los ojos de Bob Lutz, uno de los altos cargos de General Motors.
Una de sus propuestas fue dedicarse también a la preparación de vehículos Opel. Ante la impasividad inicial de BMW, escribió una carta al consejo de administración sugiriendo que la propuesta de General Motors era interesante. En un par de semanas, Burkard tenía sobre su mesa un contrato revisado, con mejores condiciones económicas para Alpina. A finales de los 70, Alpina fue contactada por un tal Ferdinand Piech. Quería que Alpina desarrollase el programa de rallyes de Audi. Sí, su famosa participación en el Grupo B.
Bovensiepen no quiso desligarse de BMW, pero era un hombre de palabra y buscó entre sus propios empleados uno de sus mejores técnicos, que fue uno de los líderes del exitoso programa de rallyes. Los ochenta fueron una época gloriosa para Alpina, con el lanzamiento de los exitosos B3 basados en la Serie 3 de BMW. Su reputación fue cimentada con coches que superaban en rendimiento al primer M3, empleando motores de 2,7 litros y seis cilindros extensamente modificados. Una auténtica época dorada que no pasó desapercibida.
Llegaron los finales de los 90, y Alpina disfrutaba de la sólida reputación que hoy les caracterizaba. Wolfgang Reitzle – ex directivo de la marca – trabajaba entonces para el Premier Automotive Grupo de Ford. Una divisón que incluía a Aston Martin, Volvo, Jaguar y Land Rover. Bovensiepen fue citado en Londres para una reunión en la que se ofrecieron 200 millones de marcos alemanes por Alpina. Se quería que fuese el preparador exclusivo de Jaguar. No se sabe que ocurrió en BMW, pero Alpina nunca se apartó de su lado.
¿Qué hubiese sucedido si Alpina hubiese pasado a preparar coches Jaguar en vez de BMW?
Fuente: Autocar
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