Me gustaría que la respuesta fuese no, pero no soy yo quien va a daros una respuesta. Los chicos de Car en Reino Unido han tenido acceso a un precioso Opel Kadett GSi del año 1988 y han decidido comprobar si uno de los compactos deportivos más picantes de los 80 mantiene el tipo contra uno de los utilitarios más picantes del año 2015, un Opel Corsa OPC. Un duelo en circuito, que desata mi nostalgia por los compactos clásicos, y que enfrenta a dos Opel que todos conoceréis. ¿Puede un veterano de las carreteras con uno de los compactos más picantes del año, la versión más deportiva del Opel Corsa?
Las diferencias entre ambos coches se limitan a los 27 años de evolución técnica que los separan – ¿tan viejos nos estamos haciendo? – porque en el fondo, su planteamiento es muy similar. Ambos son versiones picantes de coches utilitarios muy comunes en su época, y ambos han sido considerados excesivos en su momento. Hoy en día nadie diría que 150 CV en un compacto es una potencia excesiva, pero con 1.007 kilos de peso y sin ningún tipo de asistencia electrónica, el Opel Kadett GSi sigue inspirando mucho respeto.
En su época era el compacto deportivo, más rápido y agresivo que el Volkswagen Golf GTI. Su temible motor de dos litros y 16 válvulas le permitía hacer un 0 a 96 km/h de sólo 7,6 segundos – según las especificaciones exactas del modelo de 1988 de esta comparativa – y sus 150 CV de potencia le permitían alcanzar una punta de 212 km/h. Aunque el Opel Corsa OPC sea un utilitario, es más largo y ancho que el Kadett, pesa 271 kilos más y bajo el capó tiene un motor 1.6 SIDI Turbo con 207 CV de potencia.
Los chicos de Car han hecho trampa. El Vauxhall Corsa OPC está equipado con el Performance Pack, que además de montar frenos Brembo de mayores dimensiones tiene una suspensión especialmente deportiva, un autoblocante mecánico y neumáticos Michelin de altas prestaciones. El 0 a 100 km/h lo hace en 6,8 segundos. El Kadett no tiene una suspensión especialmente dura bajo los estándares actuales, sus ruedas apenas tenían 14 pulgadas de diámetro. A pesar de la diferencia de peso, el Kadett no puede con el nuevo Corsa.
En circuito el Corsa vence al Kadett, igual que en aceleración. Su puesta a punto es mucho más moderna y mucho más radical, hasta el punto de que casi parece una comparativa injusta. En cualquier caso, el Kadett sí vence en un aspecto clave: su motor. Un atmosférico de los buenos, un atmosférico de los de antaño. Un motor muy elástico, muy inmediato y con mucho más carácter que un 1.6 turbo moderno. «El motor del Kadett emociona, el motor del Corsa simplemente hace su trabajo como se le ha ordenado».
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