Vivimos una época muy interesante. Además de los constantes adelantos tecnológicos en el automóvil, el coche autónomo y el coche eléctrico prometen cambiar al completo nuestra noción del automovilismo en pocos años. Otro de los retos del futuro es la reducción de emisiones de dióxido de carbono y gases de efecto invernadero. En Rotterdam tienen una idea clara para ello: creen que el futuro estará pavimentado en plástico. Carreteras modulares hechas de plástico reciclado, muy sólidas y económicas de producir.
La idea proviene de la empresa holandesa VolkerWessels, que esta semana presentaba su nuevo método para construir carreteras. Actualmente en torno al 2% de las emisiones de dióxido de carbono del transporte, provienen de la construcción de carreteras. Lo que KWS Firma – la división de carreteras de la constructora VolkerWessels – propone, es la construcción de carreteras de plástico. Sí, hechas a partir de plástico reciclado, proveniente de las basuras domésticas de un país como Holanda, altamente concienciado con el reciclaje.
La imagen que preside este artículo define perfectamente como se quiere que sean estas carreteras. Estarán construidas en bloques modulares – hechos mediante la inyección de plástico en moldes – y no requerirían de una fundación tan sólida como una carretera convencional: son mucho más ligeras y se estima que su durabilidad es hasta tres veces superior a una carretera convencional. Al estar construidas a base de módulos huecos, en su interior se pueden canalizar conducciones de agua, gas o electricidad.
Se espera que su coste de mantenimiento sea barato. Al estar construidas a base de plástico reciclado, los temores medioambientales se disipan en gran parte. Estas carreteras serán testadas como parte de un proyecto piloto en la ciudad de Rotterdam, en Holanda. La empresa admite que pasará un tiempo hasta que se pongan de largo, ya que actualmente se está trabajando en dar a la superficie un buen grado de agarre, una de las principales preocupaciones con estas superficies.
El resultado de la prueba piloto determinará si este tipo de carreteras es rentable, y sobretodo si es un modelo apto para el mundo real. Sobre el papel tiene buena pinta, la realidad podría ser otra. Con todo, me alegra ver que se está innovando en una disciplina técnica tan aparentemente inmóvil como el pavimentado.
Fuente: The Guardian
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