Llego a casa y vacío mis bolsillos. Suelto las llaves con las que acabo de abrir la puerta, el mando del coche, unos euros y unos céntimos sueltos, una cartera que pesa como un ladrillo, con el carné de conducir, el de identidad, dos tarjetas de crédito, tres de débito, y tres tarjetas de puntos de las aerolíneas, suelto un teléfono móvil, cada vez más grande, para twittear y escribir emails. ¿De verdad es necesario que llevemos los bolsillos repletos de objetos, que parezcamos cowboys? En los últimos meses hemos visto cómo dos fabricantes alemanes, BMW y Mercedes-Benz, abogaban por dos caminos muy diferentes: el de crear avanzadas llaves, mandos a distancia muy tecnológicos (tanto que la llave del nuevo BMW Serie 7 nos permitirá aparcar el coche mediante control remoto); y el de poner fin al concepto de llave o mando a distancia para abrir el coche. Si puedo abrir el coche con mi teléfono móvil, ¿para qué voy a llevar unas llaves o un mando a distancia en el bolsillo?
Las últimas tecnologías de conectividad, también las presentadas por Mercedes-Benz, ya permiten abrir un coche a distancia, incluso encender el motor. Una tecnología que ni mucho menos monopolizan los de Stuttgart. Cada vez más coches, especialmente premium, están equipados con esta tecnología. Basta con un sistema de entretenimiento permanentemente conectado a internet, y una sencilla aplicación móvil, para permitirnos abrir las puertas del coche, arrancar el motor, localizar su posición exacta, y saber la autonomía de sus baterías o el combustible de que disponemos en el depósito, incluso estando a miles de kilómetros de distancia.
En cualquier caso, estos sistemas requieren abrir una aplicación, buscar la opción que queremos seleccionar (por ejemplo, abrir las puertas del coche), activarla, asegurarnos de que hay conexión de datos (ojo a esos parking subterráneos), etcétera. En definitiva, es una herramienta útil para emergencias, no para prescindir de las llaves.
¿Cómo pretende Mercedes-Benz que prescindamos de nuestras llaves?
Mercedes-Benz quería aprovechar que nuestro smartphone nos acompaña allá donde vayamos para sustituir las llaves y el mando a distancia de toda la vida. Y la solución la encontraron en la tecnología NFC (Near Field Communication), una tecnología de comunicación inalámbrica de corto alcance y alta frecuencia, basada en un estándar empleado por los teléfonos móviles de nueva generación. No requiere una identificación adicional, funciona a distancias de unos centímetros y ya está dotada de suficientes protocolos como para garantizar que su seguridad es, como mínimo, la misma que pueda ofrecer un mando a distancia moderno.
La tecnología NFC ya se está utilizando, por ejemplo, en la nueva generación de tarjetas de crédito y débito «contactless», que no requieren introducir la tarjeta en un terminal para conectar con su chip o su banda magnética. Es probable que en tus bolsillos repletos de objetos, o en tu cartera, lleves una tarjeta con esta tecnología.
Esta tecnología se estrenará, muy probablemente, en el nuevo Mercedes Clase E. La marca alemana ya habría diseñado un sistema que nos permitiría utilizar nuestro teléfono móvil para identificarnos y abrir las puertas de nuestro coche, e incluso accionar el contacto. Bastaría con aproximar el teléfono móvil al tirador de las puertas para que estas reconozcan la cercanía de un móvil autorizado, y nos permitan acceder a bordo.
Lo más interesante llegará, sobre todo, en coches con múltiples conductores. Primero, porque un juego nuevo de llaves es caro. Segundo, porque si nuestro coche cuenta con asientos con memoria, ese mismo proceso de identificación servirá para que nuestras preferencias queden almacenadas y el coche automáticamente se adapte para ajustarse a nuestra posición del asiento, los retrovisores, o el volante.
Fuente: Mercedes-Benz
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