Adoramos al BAC Mono. Es fácil dejarse conquistar por su sencilla radicalidad, por su configuración monoplaza, por su planta, por sus prestaciones. Y claro, también nos encanta el McLaren P1. Es fácil dejarse llevar por cualquiera de los dos a pesar de pertenecer a mundos tan distintos, pero, ¿qué pasa si “soltamos” a ambos en un circuito?
A un lado del ring tenemos a un BAC Mono, una montura monoplaza desarrollada en fibra de carbono y movida por un propulsor atmosférico de 4 cilindros y 2.5 litros de cubicaje, una mecánica que desarrolla 305 caballos y 308 Nm de par para una montura de 580 kg. Prestacionalmente es capaz de marcar un 0 a 100 km/h en poco más de 2.8 segundos y alcanzar una velocidad máxima de más de 270 km/h.
Por otro lado nos encontramos con el McLaren P1, un McLaren P1 desarrollado también sobre un chasis monocasco de fibra de carbono acompañado por un V8 de 3.8 litros sobrealimentado y un conjunto híbrido que desarrollan en total una potencia de 916 caballos. Prestacionalmente marca el 0 a 100 km/h en 2.8 segundos con una velocidad máxima de 349 km/h.
¿El resultado? Una línea más abajo puedes ver el resultado. Sorprende ver como el BAC Mono se ve las caras de tú a tú con todo un hiperdeportivo como el P1.