Fabricantes invirtiendo cantidades millonarias en desarrollar nuevos sistemas que se anuncian, a bombo y platillo. Extras a menudo caros, que vienen en nuestros vehículos, y que finalmente no utilizamos, más allá que para enseñarle al vecino como nuestro coche aparcar «sin manos». Vecino que, por cierto, probablemente tendrá un coche que aparca solo, un sistema que efectivamente nunca utiliza. ¿Estamos tirando el dinero? ¿Por qué pagamos por extras que no utilizamos? ¿Cuáles son las 5 tecnologías más infrautilizadas por los conductores?
Según JD Power, en su estudio Driver Interactive Vehicle Experience (DrIVE) Report 2015, un 20% de los compradores de vehículos nuevos nunca ha utilizado 16 de 33 tecnologías que equipaba su automóvil. Las cinco tecnologías menos utilizadas, que más conductores han reconocido jamás haber utilizado, son las siguientes:
* Asistentes de búsqueda de negocios, como restaurantes y gasolineras (43%)
* Router integrado (38%). Tecnología que permite utilizar la conexión de nuestro coche como un punto de acceso WiFi a la que conectar nuestros dispositivos móviles, por ejemplo tablets y smartphones.
* Sistema de aparcamiento automático (35%)
* Head-Up Display (33%)
* Aplicaciones integradas en el equipo de infoentretenimiento (32%)
Aunque este estudio haya sido llevado a cabo en Estados Unidos, mediante un muestreo de 4.200 propietarios que habían adquirido un coche este año, tres meses después de su adquisición, estoy convencido de que podría extrapolarse a Europa y España.
La conclusión a la que llegaba JD Power es que los conductores no utilizan estas tecnologías, por ejemplo el router, la búsqueda de negocios, o las aplicaciones, porque su smartphone ya dispone de esas funciones. También se debería al hecho de que muchos conductores sientan que es más sencillo utilizar esa funcionalidad en su teléfono móvil que en su propio coche, incluso teniendo en cuenta que a menudo van acompañadas de sistemas de reconocimiento de voz. Lo cual debería llevar a muchas marcas a replantearse la usabilidad de la interfaz de usuario de sus sistemas, y su labor de comunicación para mostrar al cliente las tecnologías que equipa el coche que acaba de comprar.
¿Pero por qué pagamos más por extras que no utilizamos?
A menudo no hay más alternativa. La política comercial de cada marca define la estructura de la gama, las líneas, y el equipamiento de estas. Es muy común que existan listas de equipamiento cerradas, especialmente en algunas japonesas, de manera que si queremos un techo solar – por ejemplo – debamos equipar una línea de acabado más cara y equipada con todo un despliegue tecnológico que quizás no necesitaremos. En otros fabricantes, muy habitual en alemanes, la política precisamente pasa por seleccionar un nivel de acabado e ir añadiendo extras uno a uno, incluso sistemas que a priori pensaríamos deberían venir integrados en el equipo de entretenimiento, como navegador GPS, aplicaciones, o router wi-fi.
En cualquier caso, los extras venden y siguen siendo importantes, especialmente cuando nos encontramos con la necesidad de vender un coche en el mercado de ocasión. Eso no es excusa para que equipemos un coche con un montón de extras innecesarios, pero sí para que al menos nos aliviemos pensando que todos esos extras por los que hemos pagado ayudarán a que nuestra posterior venta sea más sencilla, y el valor de reventa sea mayor.
Fuente: JD Power
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