Por si no lo sabíais, Holden cerrará sus puertas en Australia en 2017. La subsidiaria de General Motors en Australia cerrará su unidad productiva, y aunque seguirá vendiendo coches de origen General Motors – fundamentalmente Opel y Chevrolet con emblemas diferentes – el mundo se quedará sin los Holden Commodore. Una saga de vehículos quizá anacrónica, pero muy querida en Australia. Antes de que el mundo se quede sin estas berlinas de tracción trasera y turismos pick-up, los Commodore se despedirán por todo lo alto.
Antes de que Holden cierre sus puertas se lanzarán diversas versiones especiales de sus berlinas deportivas y pick-ups, conocidos como Commodore y Commodore Ute, respectivamente. Australia perderá parte de su identidad automovilística, pero se irá por la puerta grande, de lado y quemando rueda como si no hubiera un mañana. Es lo que el país que ha creado se merece. Hablamos de unos Holden Commodore y Commodore Ute creados por HSV (Holden Special Vehicles) y dotados de uno de los V8 sobrealimentados más potentes del planeta.
Hablamos del LS9 V8 del Corvette ZR1, el mismo que dejó de producirse hace apenas año y medio. Un propulsor que desarrolla 638 CV y un par motor superior a los 800 Nm gracias a un compresor volumétrico. Un bestial ocho cilindros que permitió al Corvette ZR1 luchar de tú a tú con el Nissan GT-R, en sus famosas batallas de Nürburgring hace unos pocos años. Este motor será el motor más potente jamás acoplado a un coche fabricado en Australia, y pronto lo veremos en un Holden Commodore HSV.
Su nombre es aún desconocido, e ignoramos si Holden tratará de potenciar aún más a esta bestia. El motivo de elegir este propulsor en lugar del moderno 6.2 V8 de la familia LT que propulsa a los Corvette Z06 es que el espacio. La plataforma de los Commodore es la plataforma Zeta de General Motors, y los propulsores de la familia LT – creados para nuevas plataformas – son demasiado voluminosos. Con todo, no pensemos que el LS9 es un motor desfasado o que se amilana ante la nueva generación de small-block V8.
Sigue teniendo componentes de titanio, lubricación por cárter seco y componentes internos forjados. Es un motor de alta tecnología, que podría venir acompañado de interesantes chucherías: se habla de la suspensión magnética y los frenos carbonocerámicos del Corvette ZR1. Una máquina que podría tener un par de cosas que decirle al Dodge Charger Hellcat, mientras ignora a sus contendientes europeos, que no juegan en la liga muscle car. Un coche radical, hecho para su disfrute en carretera y circuito.
De no ser porque será el último Holden Commodore, estaría dando palmas con las orejas. Al menos, se va por la puerta grande.
Fuente: Drive
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